Los Reyes Magos

Ya pasó la fiesta y aún no sé si me habrán traído todo lo que he pedido. Lo notaré cuando pase algún tiempo.

A medida que nos hacemos mayores nos olvidamos más de las ilusiones y la carta a los Reyes se convierte en una lista de la compra. Ya no hay cartas pidiendo que desde Oriente traigan la luna y sueños imposibles.

He tejido y cosido hasta el último momento pero... una sensación de impotencia nos ha dejado a Luis y a mí -como pobres ayudantes de Sus Majestades- sin fuerzas. La sensación de estar cumpliendo un trámite consiguió que dejásemos sin escribir la "carta de los Reyes" que año tras año nos inspiraban sus Majestades con propósitos y ánimos.

La crisis ecoconómica (te aseguro Jaime que nos afecta mucho) tiene algo que ver, pero hay algo más. Quizá es que falta el agua para los camellos, el turrón y la bebida para los pajes, la ilusión con que los niños pedían y la ilusión con que los Reyes preparaban esa noche mágica

Queridas Majestades no dimito, no tiro la toalla, pero necesito que vuelvan por nuestra casa para dejar su rastro, el rastro de una estrella que conduce a Belén.

Gracias