Así la vimos, así la vivimos...
Habíamos desistido de ir a Roma, parecía que todo estaba en contra pero, en el último momento ...
LLegamos el sábado a última hora y pateamos Roma de punta a punta, visitando al Santísimo en las Iglesias que permanecían abiertas por la noche, llenas de peregrinos, casi todos jóvenes de las nacionalidades más diversas pero también había mayores, incluso ancianos, dispuestos a pasar la noche a la intemperie. La alegría vencía al cansancio que se apreciaba en sus rostros.
El Vaticano se volcó con los peregrinos ofreciendo agua y comida y toda Roma abrió sus puertas.
Rezamos en Villatevere, que visitamos guiados por unos jóvenes que se desvivían con los visitantes.
La ceremonia de la Beatificación fue impresionante, duró tres horas que se nos hicieron cortas. Es cierto que hubieramos visto más desde casa, pero allí no se trataba de ver sino de vivir.
Solo puedo decir que fue increíble, alucinante. Quizá pueda escribir algo más cuando la emoción me lo permita.
Tenía que haberlo imaginado que estarías allí. Yo también estuve desde el viernes al mediodía. Qué lástima no haberlo sabido. Me ha alegrado mucho ver a Miguel Ángel entre los amigos de las fotos.
ResponderEliminarPero que suerte tenéis. Espero veros por Madrid para la JMJ!!
ResponderEliminarPor cierto que a mi querido Juan Pablo II le tengo encomendadas muchas cosas...
ResponderEliminarMe IMPRESIONA especialmente que termines tu comentario exactamente del mismo modo que yo he acabado el que te he dejado tras tu mensaje.
ResponderEliminarEs que ha sido MUCHO. Aún estoy digiriéndolo.
* hay algo que has dicho que yo también ví y no he especificado: lo de la gente de mas edad; resultaba ESPECIALMENTE ELOCUENTE la juventud de esas personas de más de 60 y 70 años (y más) allí, con su cansancio, sus dolores fisicos tan felices y entusiasmadas.
Tu lo has dicho, SE TRATABA DE VIVIR y lo conseguísteis.
ResponderEliminarMe alegro un montón.
Estais todos bien???
Besos
Voy a escribir lo mismo en los dos sitios: por los que no hemos podido ir. Hazlo. Pronto, antes de que ese sentimiento se decolore y pierda la viveza que tiene ahora.
ResponderEliminarsabía que estabas allí... mi corazón me lo decía... un beso muy grande
ResponderEliminarYo estuve de corazón con todos los que estabais allí en vivo y en directo, solo de verlo en la tele ya se me saltaban las lágrimas, (pero es que yo soy así de emotiva)
ResponderEliminarBesos.
Tuve la suerte de poder ir. Ida y vuelta en un día.
ResponderEliminarEs cierto, las tres horas se hicieron cortas.
Grandísima la emocion de volver a reunirnos todos respondiendo una vez más a la convocatoria del Sto Padre.
Todos es todos, los que pudieron ir y todos los que estaban en las intenciones y o siguiendolo por la tele.
Que envidia!
ResponderEliminarTendré q esperar a la canonización...mientras tanto necesito que contéis.
¡Qué suerte haber estado allí! Gracias por contarlo y por las fotos.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡¡Qué grande Juan Pablo II!! recuerdo aquella vigilia de oración por él y que justo cuando terminó nuestro obispo anunció su muerte. Yo había dejado a mi abuelito muy enfermito en casa, a los pocos días falleció. Juan Pablo intercedió, estoy segura, quiso llevárselo de compi al cielo.
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