martes, 19 de abril de 2011

Semana Santa





Los días pasan a una velocidad de vértigo, los planes se complican pero, al final, terminan saliendo.

Tuvimos la suerte de ver otra vez el Circo del Sol en Madrid. ¡Impresionante!. Es increíble la elasticidad y el dominio que puede adquirir el cuerpo humano a fuerza de voluntad. Fuimos con la familia de Oscar y nos reunimos... los de la foto

Estamos un poco cansados pero con mucho ánimo -aunque sea a fuerza de voluntad- para vivir la Semana Santa a tope.


Estas fechas siempre me han parecido las más especiales del año, distintas a todas las demás. En mi infancia vivíamos en Madrid pero en esta época era casi obligado ir a León. Recuperaba en mi tierra la luz y el cielo azul intenso, los horarios de sueño y comida se acomodaban a las procesiones. Mis primos me cogían de la mano y, entre empujones, me colocaban en primera fila.

En este escenario de impresiones infantiles, daba por supuesto que las procesiones solo existían en León - ¿cómo podía haber algo parecido en otra parte?- y pensaba que los leoneses éramos los cristianos más valientes.

Me sobrecogía la solemnidad, el luto de las túnicas de los cofrades que, junto con el retumbar de los tambores y las trompetas, formaban algo único, armonioso... dramático.


Ahora las obligaciones cotidianas no me permiten vivir la Semana Santa con la misma intensidad que entonces pero..... (ya os contaré)

2 comentarios:

  1. Precisamente yo recuerdo la Semana Santa castellana como tú la describes. Aquí es otra historia, no menos bella, pero DISTINTA.
    Un besazo

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  2. Muy feliz y esperanzadora Pascua a toda esta gran familia del 5º¡

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