domingo, 20 de marzo de 2011

¡Qué desastre!

¡Qué desastre!. Solo tengo un hermano y se me ha olvidado felicitarle el día de su cumpleaños

Hoy me he levantado pronto, a pesar de ser domingo, porque me estaba angustiando pensando en todo lo que tenía atrasado. Mis propósitos casi mueren cuando entré en la cocina a calentar un café y vi el fregadero lleno de cacharros. Casi me pongo a llorar por esa estupidez, pero me sobrepuse y, con el fairy y el estropajo, solucioné el problema en casi el tiempo que tardó en calentar el café.
Quizá mi imaginación últimamente agranda las dificultades, o quizá fueron los múltiples obstáculos con que me encontré antes de llegar a la cocina (entre ellos varios edredones que tapaban a los acampados en el salón)
Puede que deba actualizar los antiguos postulados de familia: mamá joven que se permitía todas las prisas y todas las improvisaciones y pasar a un actuar más lento, reflexivo.... pasotil. A lo mejor así dejo de ver los montones de ropa sucia como montañas de roca que siempre estarán ahí, dejo de pensar que la secadora no se arreglará nunca, que, a pesar de la buena voluntad de todos, todo está por hacer, que....

7 comentarios:

  1. Mª Jesús: creo que tienes toda la razón con esa reflexión. Llega un momento en que no se puede con todo, en que hay que parar para "sobrevivir" y tomarse las cosas con más calma. Habrá que empezar a delegar y confiar en los otros. No se puede mantener siempre la vitalidad de los 25 años.

    Saludos a todos.

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  2. Tranqui. Los hermanos entienden estas cosas. El mío ni se extraña de que le llame cuantro días después. Y no es que me olvide, porque lo tengo en mente, pero llega el final del día y...

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  3. Por cierto que nosotros no somos muchos y las montañas de ropa para planchar están ahí. Yo las tapo con una sábana y cuando viene alguien y me pregunta ¿qué hay ahí? le digo: ¡un muerto'.

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  4. A mi madre, ayer, le llamé a las 00:04 am el día después de su cumpleaños:
    -Felicidades, ama!
    -Sabía que eras tú!
    No te comparo a mi madre, pero sí a lo que valoro.

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  5. Supongo que a medida que pasan los años, uno va cambiando sus prioridades y su manera de afrontar las cosas. Se llama experiencia y es muy útil, sobre todo para eso, para no agobiarse por cosas de poca importancia.

    Respecto a lo de felicitar a la familia, mejor no digo nada, porque yo, hasta que me casé, casi nunca felicitaba a nadie. Desde que me casé es mi mujer la que siempre me tiene que dar un coscorrón para recordarme las fechas. Como si ella tuviera pocas cosas que atender, aún encima está pendiente de lo mío, si es que no me la merezco.

    Un abrazo.

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  6. Bienvenida al club de las madres "desastres" pero ¡¡¡¡FELICES!!!!!!!

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  7. Que lindo Ma Jesús!!! como le pido a Dios que me ayude a ser un poquito como tu!!
    un abrazo desde Guatemala,

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