lunes, 14 de febrero de 2011

la familia último reducto de la libertad

Los poderes políticos se han adueñado de la institución del matrimonio incluyendo en ella relaciones de todo tipo. Es claro, como denuncia el Profesor Viladrich, el propósito de construir una naturaleza humana alternativa, imponiéndola a través de leyes, disfrazando errores y miserias humanas bajo apariencia de progreso y libertad.

Las consecuencias de este proceso de destrucción son evidentes: el desprecio de los valores y de la vida, la apropiación del otro, la ausencia de alegría, la desesperanza... Destruyendo a la familia, ámbito de formación de la persona, se domina fácilmente al hombre, que queda desprotegido, sin principios, sin cobijo.

Creo que cada uno de nosotros nos podríamos considerar víctimas de esta situación pero también responsables de no luchar contra esta mentira, responsables de nuestro silencio, quizá, incluso, de nuestro voto. Responsables de doblegar la verdad a nuestros intereses, a nuestra comodidad a nuestro miedo.

7 comentarios:

  1. Una verdad como un templo. Nos toca reparar.

    Un abrazón.

    ResponderEliminar
  2. Toda la razón. Somos responsables y mientras no aceptemos esa responsabilidad y nos movilicemos para recuperar la justicia y la libertad, esta sociedad se seguirá hundiendo.

    ResponderEliminar
  3. Los mismos enemigos de siempre, lo único que se han cambiado la ropa.
    Algunos ejemplos:

    +El neoliberalismo que no es otra cosa que el capitalismo salvaje, que le importa un pepino el ser humano, tan solo hacer caja. Burbujas, poder de la banca,multinacionales,favorecer a lobbies de por sí con naturaleza más consumita y promíscua...no entraré más en detalles.

    +Los naturalistas, los ecologistas de ciudad, ecologetas, cebados a base de subvención, que no son otra cosa que el comunismo ateo de toda la vida. Así los llaman los sandías "verdes por fuera y rojos por dentro".

    +Y la masonería, que no es otra cosa que los satanistas de toda la vida. Mucho ojo que un troyano se nos ha metido en intereconomía, uno que dirigió un gran banco, que luego acabó en la cárcel...seguro que les suena.

    Han tomado la política, la justicia, la policía, las grandes instituciones a nivel mundial...etc y la Iglesia: teología de la liberación y teólogos herejes.

    Como siempre el enemigo a vatir: LA IGLESIA CATÓLICA, la única que defiende la única verdad verdadera.

    Y por supuesto a cargarse la familia.

    ResponderEliminar
  4. Si fue su cumple ...¡FELICIDADES!!!
    y del texto... Cada vez me recuerda más nuestra sociedad y sus lacras al libro de Orwel 1984, que imagino habrás leído.
    Un besazo

    ResponderEliminar
  5. Es exactamente así. A veces, me vence la desesperanza; no puedo permitirlo, y me dura sólo un rato. Me están convirtiendo en la rebelde que nunca fuí, en la combativa que no calla y siento que necesito, constantemente, puntualizar demasiadas cosas, que antes, no hacía falta. Lo peor es que, muchas veces, me siento sola, porque atisbo, demasiados gestos, entre los que se suponen que están en el mismo lugar que yo, vacíos, y hasta hipócritas. No sé, me hace preguntarme demasiadas cosas. Sé que no son todos, que yo debo mejorar mucho, que no soy infalible, pero acabo sintiéndome sola. Quizás no sea sólo, fruto de esta sociedad que pierde los valores, por segundos, que ha perdido el respeto y se cree el centro de todo, con una vanidad, que me causa naúseas.

    ResponderEliminar
  6. Pienso que todo comenzó cuando nuestra cultura exigió el divorcio como una forma de ‘libertad’, sin tener en cuenta que, a partir de ahí, se abría una puerta a la destrucción de la familia. ¡Qué gran engaño! Nadie cree en la libertad más que yo, pero la libertad comienza aceptando la verdad, comenzando por el hecho de admitir que el matrimonio es indisoluble…

    ResponderEliminar
  7. Destruyendo a la familia se destruye el hombre. A la vista está
    un abrazo

    ResponderEliminar