Se seguro que no hemos nacido para sufrir, aunque el dolor sea parte de la vida. Más aún, poniéndome radical creo que el sufrimiento no es más que el dolor no aceptado mientras que la felicidad es el dolor que se acepta… doy fe (por cierto que mi profesión es de fedataria pública).
Me casé porque vi en el matrimonio con Luis la llamada de la felicidad. Han pasado 28 años y me doy cuenta que la idea de felicidad que tenía entonces era una caricatura de lo más cómica, menos mal que tuve que ir renunciando a ella para acometer una realidad muy distinta a la que esperaba. Digamos que he tenido que ir renunciando a “mi felicidad” (la que yo esperaba, la cómica) porque era incompatible con “los marrones” que la vida me presentaba para resolver.
Y es que Luis no resultó ser “el príncipe azul” que mi imaginación había idealizado, y ninguno de mis hijos –ni siquiera los más punteros- han dejado de darme tarea tras tarea (cuando no, disgusto tras disgusto). Analizado en frío y comparando las expectativas que tenía para ser feliz y lo que me he encontrado, la cosa no ha podido ser más decepcionante (si lo que pretendía era la felicidad del cuento de hadas).
Peee…ro esta “decepción” está siendo mi puerta de entrada a la felicidad. Por nada cambio yo a mi Luis ni a ninguno de mis hijos –y mucho menos a los más problemáticos-. Y me provoca risa –y vergüenza- recordar mi idea de felicidad. Es imposible hacerse una idea de la felicidad, porque ese es precisamente su precio: renunciar a tu idea.
Y es que la felicidad solo habita en el mundo real y en el momento presente, no cabe dentro de una idea, ni de un proyecto, ni de un recuerdo... tampoco en un cuento..
Maria Jesús: siempre dando en el clavo. Siempre sorprendiendo. De verdad: ¡Muchas gracias por compartir con todos esto!
ResponderEliminarEstás tocada por un Don, MªJesus.
ResponderEliminarMagnífica manera de exponerlo. De eso se trata, al final, la felicidad en el matrimonio.
ResponderEliminarUna de las entradas más claras, más valientes y más para machos que te he leído. Me ha gustado tanto, que he recomendado la entrada y el blog entero a las parejas del grupo de preparación para el matrimonio en el que participo. Un gran abrazo realmente muy agradecido, porque lo que enseñan aquí no tiene precio. ¡Con decirte que tengo unas ganas de tener diez hijos que ni te cuento!
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ResponderEliminarTienes mucha razón, el cuento de hadas que la gente cree, dista mucho de la realidad, a veces demasiado.
ResponderEliminarPero lo bueno que tiene tener un marido o tener marido e hijos, es que a pesar de los sufrimientos que conlleva en ocasiones, como bien dices tú, no lo cambiarías por nada.
Esto me recuerda a una película en la que a varias mujeres les ponían como si de una película se tratase lo que iba a ser de ellas y de sus matrimonios, en la mayoría de los casos había malos momentos, luego las preguntaban ¿te volverías a casar otra vez, aún viendo lo que has visto que va a suceder? y todas decían que sí, por algo será. Y es que aunque el príncipe azul tenga poco de azul, pero sigue siendo un príncipe :).
Y el que además desea hijos, pues son luceros de la mañana como es hijo tuyo, ese niño de ojazos azules que sólo mirarle alegra el alma vaya...
Un abrazo!
Yo también caí en eso de armarme una idea de la felicidad que dista mucho de lo que en la realidad es. Y todo me salió al revés, si pensaba que los primeros tiempos de casados iban a ser los más felices... y noooo! nada que ver! bastante difíciles fueron. Y resulta que ahora, ya con 10, casi 11, años de casados, puedo decir que la felicidad es mucho más plena, con nuestros 5 que no los cambiamos por nada, y que son, lejos, lo mejor que nos ha podido pasar!!!!
ResponderEliminarUn abrazo, muy linda tu entrada :)
Que lúcida eres.
ResponderEliminarBesos.
Madre mía, vaya cacho lección.
ResponderEliminarGRACIAS.
Un abrazo muy grande.
Si fuesemos felices del todo...que aburrimiento de vida ¿no?
ResponderEliminarDicen que a andar se aprende andando y la felicidad es algo así.
Después de un disgusto de nuestros hijos de esos absurdos días en donde piensas que mejor sería haberte quedado en cama, después de eso, amanece un día nuevo donde ver el sol(incluso en nuestro frío León)y lo de ayer te das cuenta que es pasado.¿No es eso felicidad?
Esa al menos es mi opinión.
Ya te he dicho que me gusta mucho como te expresas,¿verdad?
Besos.
Cris
Una manera de no creer en que la felicidad es eterna, es disfrutar los momentos de alegria, que esos si son visibles y palpables.
ResponderEliminarBesitos.
Empezaba a preocuparme/asustarme mientras leía tu entrada... Menos mal.
ResponderEliminarYo ese paso no lo he dado aún, he dado un pequeño paso de saber reconocer bien en dónde se encuentra la felicidad y en dónde se queda la falsa-felicidad.
Un beso!
Si te digo la verdad, no tengo ni repajolera idea de que "idea" de felcidad tenía yo antes de casarme (y llevo 13 años desde entonces).
ResponderEliminarEs como lo que decías el otro día de los deseos.
Al mirar atrás sólo soy capaz de recordar ideas caprichosas, pero no deseos de felicidad.
Eso es madurez y, aceptación de la realidad, que no conformismo.
ResponderEliminarUn saludo
Estoy haciendo un curso sobre el matrimonio . Tengo 24 años y aun no estoy casada. El otro día discutiamos acerca de este mismo tema. Con tu artículo se me han aclarado varias dudas que tenía. Muchas Gracias. Lo recomendaré a mis demás compañeros del curso.
ResponderEliminarEs difícil entender eso hoy, porque estamos en una sociedad que sólo entiende el bienestar y no acepta el sufrimiento. A los niños ya no se les habla de esfuerzo, sacrificio o entrega, sino de la búsqueda del bienestar y el placer.
ResponderEliminarSan Josemaría dice: ‘El abandono en la Voluntad de Dios es el secreto para ser feliz en la tierra. Di, pues: «meas cibus est, ut faciam voluntatem ejus», mi alimento es hacer su Voluntad'.(Camino 766)
Me has asustado al empezar a leer el post! Parecía tan triste.. yo estoy en la etapa de asumir y creo que lo estoy consiguiendo. Y sabes? tienes razón, soy más feliz así.
ResponderEliminarBesos
La felicidad no es sólo algo que se siente, es algo que se tiene o no se tiene, al margen del mero sentimiento.
ResponderEliminarEl sentimiento, cómo siempre es un pequeño espejismo pero, nos influye tanto, que a veces nos quedamos en él y perdemos toda ilusión y esperanza.
Quien busca...halla...porque para mí,uno de los valores principales y fundamentales es, tener voluntad, y para ser feliz, hay que querer serlo, intentar serlo, aprender a serlo y vivir sabiendo serlo.
Y lo mejor...es que se contagia.
Un abrazo
Ya me dejo de instruirme en más libros. Aquí encuentro lo que necesito. Esto es practica pura, nada de teorias. Gracias
ResponderEliminarTienes carisma, y me alegro de tenerte cerca.
ResponderEliminarPorque la felicidad no es la finalidad de la vida, sino la plenitud, y tú la has conseguido gracias a todo el bien que has construido junto a Luis y que alimentas cada día para que no se aparte de tu lado. Eres afortunada, Mª Jesús, pero no porque sí, sino porque has luchado por ello. Mi más sincera admiración.
ResponderEliminarBesos
Querida familia al completo:
ResponderEliminarEstos días voy y vengo sin casi tiempo a nada, pero como os considero unos buenos amigos, estoy aquí para pediros que mañana paséis por mi blog a rezar conmigo la oración del Domingo. Os necesito.
Pasaré a leer con más calma y con más ánimos, ahora, de momento, sólo os dejo un abrazo.
María Jesús,
ResponderEliminarMe da una rabia que no se me actualicen tus entradas...
lo hacen de dos en dos o incluso de tres en tres.
:(
Para este post sólo una frase
"Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra"
¿Te suena?
Y una palabra de propina:
"Madurez"
Un abrazo