domingo, 31 de enero de 2010

Aprender a envejecer

Los días son fríos y los huesos se resienten. He sentido el quejido de mi espalda mucho antes de poner el pie en el suelo esta mañana. Lleva 52 años sosteniéndome y, al fin, he aprendido que gestos le molestan, que posturas le quiebran, pero me puede la costumbre y la herencia artrítica de mi familia aunque el Pilates ha sido para mi un descubrimiento.
En estos días pienso en la vejez y recuerdo una carta que escribí hace años a la revista Telva en la que manifestaba mi deseo de morir desgastada; para eso hemos nacido ¿o no?. Pero también es cierto que conservar la salud sin reservarla es una obligación para con nosotros mismos y para con los demás. Incluso me atrevo a decir que debemos cuidar nuestro aspecto.
Afortunadamente con la edad aprendemos a conocernos y suplimos la lozanía de la juventud con la sabiduría de la madurez.
A los 20 todos los jóvenes tienen belleza, a los 50 es preciso una buena dosis de inteligencia para aceptarse. Me encanta la coquetería de mi madre a sus 87 años buscando el color berenjena que tan bien le sienta y la delicadeza de la tía cuando se arregla para bajar a cenar dos pisos más abajo y busca el collar adecuado; qué lejos están de esas mujeres de mi edad insinuantes y de labios engrosados, que aún no se han enterado de que la ley de la gravedad se cumple siempre y de que la naturalidad es el pasaporte a la belleza.

Aprender a envejecer es un reto pero que hay que estar preparado para ello y sacarle el máximo rendimiento con cabeza.

12 comentarios:

  1. El título de esta entrada ya me ha sacado la primera sonrisa, gracias. Si hay algo que admiré de mis abuelos fué su tremenda sabiduría envejeciendo. Supieron cerrar etapas y dar paso a nuevos retos. Supieron envejecer con tranquilidad, y como se dice por aquí: con mucha clase. Cuando mi abuelito murió leí unas palabras en su funeral sobre su arte en el saber envejecer. Gracias por recordármelo (recordármelos) hoy.

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  2. Mi abuela siempre me decia.
    Con dignidad nena, con dignidad.

    Besos, tu estas cada vez mas linda!

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  3. es el tema que me ronda, ¡y qué bien lo interpretas tú! estoy haciéndome mayor y lo siento en los huesos, casi por libro la cosa. de verdad que es EL tema de mi vida hoy, envejecer con dignidad, con sabiduría, mira que hay viejas patéticas y ridículas.
    Buen post

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  4. Yo no me entero. No he sabido percibir el paso de los años. de repente aparece el crack y tengo que mirarme al espejo para darme cuenta de que los años han pasado cruelmente a una velocidad inimaginable. No hablo del aspecto físico, sino de todo lo que uno descubre que quiso hacer y no se ha hecho, de los vacios en la educación de los hijos, de los errores que llegaron sin previsión,del amor no entregado al cien por cien. Basta sentir unos huesos que crujen, para darse cuenta de que la jueventud ya no nos pertenece.No es fácil aceptarlo.Al menos para mí. No soy joven y creía serlo.

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  5. La aceptación es la clave.
    Me apena toda esa gente que quiere luchar operación a operación contra la naturaleza en una carrera patética que tienen perdida de entrada.

    Besos.

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  6. Me encantó esta frase: "la naturalidad es el pasaporte a la belleza", tan cierta!

    Saludos!

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  7. como siempre, tienes mas razon que un santo!

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  8. Yo de mayor quiero ser mi abuela, no como mi abuela, sino mi abuela.

    Guapa!

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  9. Gran ida eso de ‘desgastarse’. Yo estos días me he desgastado bastante por una maravillosa causa que me ha obligado, eso sí, a estar desconectada de Internet. Vuelvo con nuevas ganas. Y, desde luego, coincido contigo en que hay que saber envejecer, siempre con sentido del humor. No sé si ya os he contado que una vez un amigo fantástico me contó como su abuela había muerto… de risa! Si aún no lo he contado, lo haré, porque merece la pena conocer esta historia real. Un abrazo!

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  10. María Jesus, si tu estás guapísima mujer! yo te veo con un rostro muy bonito de una mujer guapa y moderna y elegante, que a la vez transmite la bondad que llevas dentro y el amor de madre que tienes y se percibe a la legua.

    Los achaques de la edad, huesos, dolores y demás... eso ya es otro cantar.
    "Envejecer" bueno.., ya se sabe da la madurez e indiferencia de la experiencia vivida, ya dice el dicho "La experiencia es la madre de la ciencia".
    Se puede envejecer con dignidad, alegría y por qué no, con belleza interior y exterior, no lo dudes.
    Mi querida abueli, hace más de una década que nos dejó y era una mujer inteligente y culta para sus tiempos y siempre tenía esa pequeña coquetería de llevar rojo carmín, sus perlas y un pañuelito al cuello, daba gusto verla y era una anciana de 90 años.

    Olvidate de envejecer de momento, estás en plena forma.

    Que sepas que estoy entusiasmada ya lo he dicho en el blog de Guerre con Las Clarisas de Lerma, tengo que ir a verlas como sea.
    Un beso!

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  11. Yo de momento veo lejos eso de envejecer, pero la verdad es que creo que no lo llevaré demasiado bien.

    A mi me encanta el pilates, me ha quitado el dolor de espalda. Es fantastico!

    Besos

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  12. Ya somos dos que le damos vueltas al tema en estos días...
    Sí, yo también me doy cuenta de que me estoy estropeando a pasos... , bueno a zancadas.
    Cuesta asimilarlo.
    Me vino bien tu reflexión.
    Pero oye, ahora que nadie nos lee, tú y yo estmos estupendas. ;)
    jaja
    Te tengo que contar una cosa, pero lo haré en privado.

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