Hace tres años un acontecimiento insignificante desencadenó una tensión en la familia que duró varios meses.
En el colegio de los niños iban a representar una función con ocasión del día de "Manos Unidas". Nuestro Manu que por entonces tenía en torno a los 12 años se apunto para hacer el papel de pobre. Preparamos en casa un pantalón de pana viejo y destrozamos un jersey que estaba lleno de bolas.
El problema surgió cuando al terminar la representación unos compañeros de clase le empujaron y, en broma, se metieron con el "pobre" Manu. Cayó al suelo y vivió aquellos "insultos" como una afrenta personal. Fue una de esas bobadas de chavales que ninguno por separado lo hubiera hecho, pero que “todos a una” son imparables. No debía haber tenido mayor importancia, sin embargo debió ser la gota que “colmo el vaso” de Manu que no entendía como sus amigos trataban mal a un pobre (se había identificado del todo con su papel). En aquellos días los medios de comunicación publicaban que un pobre que había sido quemado vivo por unos adolescentes y me di cuenta como esas noticias generan comportamientos contrarios a los que pretenden.
Sus compañeros son buenos chicos y se conocen desde siempre sin aparentes problemas, pero aquel acontecimiento en el pleno bullir de su adolescencia le sumió en estado de ansiedad que llegó a alcanzar, según los test que le hicieron, el 98% . Se negó a ir al colegio. En casa y en el colegio intentamos hacerle entender que sus amigos se estaban refiriendo no a él sino al pobre que caracterizaba, sin embargo se había desencadenado un proceso interior imparable y Manu termino en la consulta del psicólogo con un diagnostico de depresión leve. Fue una temporada muy dura en la que sus hermanos desempeñaron un papel muy importante.
Manu es de esas personas a las que parece que su naturaleza les pide ser bueno, exigente consigo mismo, tranquilo y nunca se mete con nadie, pero tiene una gran fuerza física (en casa musculamos con solo coger las bolsas de la compra), es muy valiente y siempre sale en defensa de los más débiles.. En casa nos volcamos con Manu. Fue difícil porque de niño dócil al que todo le parecía bien pasó a adolescente irascible, al que todo le parecía un ataque. Me sorprendió la paciencia y comprensión de sus hermanos, que en ocasiones era aún mayor que la mía. No le permitimos a Manu que se dejara abatir. No dejó de asistir a clase ni un solo día, a pesar de su rechazo. La exigencia moderada fue nuestro comportamiento y dió resultado.
Manu parece que ya ha salido de aquel túnel y con 15 años da gusto verlo, de verdad…. da gusto verlo, tiene la sonrisa más bonita del mundo y es un joven alegre, fuerte, ha aprendido a ser más flexible, y es capaz de darse cuenta de que puede existir gente buena que en ocasiones se comporte mal. Esa enseñanza fue la más difícil. No todo es blanco o negro, la vida esta llena de matices, de tonos grises, y hay que procurar no juzgar a los demás. Manu es para nosotros una ayuda inestimable para educar a los más pequeños. Contando con la fraternidad la educación es mucho más fácil. Maria Jesús
Por lo que cuentas Manu tiene la sensibilidad a flor de piel que no deberà perder pero si ir moldeando para que sucesos tan desafortunados no lo sumergan en tales tristezas.
ResponderEliminarBesos.
que dificil ha de ser tratar con la depresión en adolescentes, se nota que actuaron bien y el pudo superarlo, y tenes razon tiene una muy bella sonrisa!
ResponderEliminarLa ayuda de los hermanos es casi lo que más educa ¡Hasta más que la de los padres!
ResponderEliminarEso ,en familias numerosas como las nuestras,se da casi por necesidad.
Yo echo mucha mano de este brazo largo y me da buenos resultados.
Un abrazo y a por los Manus ¡que siempre le toca a alguno!
Me alegro mucho por él.
ResponderEliminarSeguro que ya ha pasado lo peor.
Y no puedo evitar admirarlo porque no hay muchas personas que den la cara por los débiles.
Besos.
Una depresión siempre es muy grave pero a esa edad puede ser mucho peor, menos mal que ya esta todo pasado y ahora solo es un fantasma.
ResponderEliminarEn los tiempos que corren donde la mayoría de los jovenes andan por el camino equivocado el testimonio que nos das de tu hijo Manuel es muy importante y debería ser un gran ejemplo para muchos, como madre debes estar muy orgullosa por la forma en la que le has educado.
"puede existir gente buena que en ocasiones se comporte mal", es una gran verdad, a esas personas debemos ayudarlas a reconocer su error y perdonar, siempre perdonar.
Fue una suerte que el problema se solucionara a tiempo. Seguro que ya es sólo una anécdota en su historia; o quizás le marcó mucho dada su sensibilidad y el hecho a la larga le es beneficioso.
ResponderEliminarDile que está muy guapo en la foto.
Un beso.
¡Que bueno que ha pasado! hay pruebas muy largas.... lindo chico se ve..
ResponderEliminarQué CIELO de persona.
ResponderEliminarEs guapísimo, por dentro y por fuera.
Un abrazo grande para todos.
Esa actitud de los compañeros de Manu hacía lo que él representaba, el pobre, demuestra la carencia total de empatía que tiene la juventud actual. Una juventud que se deprime si no tiene el último modelo de ipod, que lloriquea si las zapatillas no son de marca, que se presenta a clase enseñando el calzoncillo porque mola mazo, que blasfema si su equipo no mete gol, o si lo mete, da igual.
ResponderEliminarYa sé, ya sé que no todos los jóvenes son así, pero reconoceréis que es la nota dominante.¿La culpa? La tele, la prensa, el gobierno, la EPC, el colegio (mucha) e indudablemente, los padres, que no han sabido formar a sus hijos en valores.
Enhorabuena por Manu!
Buenos días MªJesús... leerte es topar siempre con la realidad, la vida- Me has recordado a uno de mis hijos, javier- El pobre tenía una frente enoooooooorme y siempre iban a para los golpes a ella. los niños en el colegio se reían de él hasta más no poder; nunca lo supe hasta que un día colocando su habitación encontré la caja de su coleción de gorros, era muy amante de ellos, En esto que los estaba mirando llegó javier y se sentó a mi lado, y comenzó a contarme la historia de sus gorros: descubrió sacar partido de su desgracia. Si alguien quería ver su frente enoooooorme llena de cicatrices, tendrían que pagar y con ese dinero comprarse chuches. Siempre iba con gorro y si un chico se acercaba, decía dame una moneda y luego se levantaba el gorro y enseñaba la frente.Hoy Javier es el chico más bueno del mundo, con la cabeza súper bien amueblada, un buen hijo, buen amigo que supo sacar de un defecto su parte positiva para él. besotes
ResponderEliminarEl argumento más sólido de Manu era que si sus amigos no se dirigían a él sino al pobre cuando insultaban, no merecía la pena tener esos amigos.
ResponderEliminarEste episodio sucedió unos días después de que en los medios de comunicación se diera la noticia de unos jóvenes que habían quemado vivo a un pobre en una "gamberrada" mayúscula. En mi época las gamberradas consistían en llamar al timbre de una casa y marchar corriendo, y si en casa se enteraban me partían la cara, por eso yo no lo hacía.
El problema ahora es mayor y en las familias tenemos que preocuparnos incluso de explicar que todas las personas tienen idéntica dignidad y derechos que provienen simplemente de la condición de personas, porque algo pasa en la sociedad que es contraria a ese mensaje.
Hace unos día unos "chavalines" de unos 10 años insultaban a una viejecita que casi no podía andar, no pude menos de acercarme y decirles: "decidmelo a mí si os atreveis", no se atrevieron. No se lo que hubiera pasado, quizá sus padres me hubieran denunciado si les hubiera dado una bofetada pero...
Habrá que remar para no quejarnos de estar siempre en la misma orilla.
Un beso
maría Jesús
ENHORABUENA POR VUESTRO MANU. Y QUÉ BIEN QUE YA HAYA PASADO EL MAL TRAGO.
ResponderEliminarDECIR QUE ES GUAPO CAE DE MADURO, PERO ES QUE SON TODOS TUS HIJOS MARÍA JESÚS MUY GUAPOS Y POR SUPUESTO LA NIETA TAMBIÉN.
CECILIA I.
Una razón más para que las familias sean numerosas; ese apoyo que a los padres quiza a veces les es difícil brindar, los hermanos lo dan con todo gusto.
ResponderEliminarSaludos
Mª Jesús, primero enhorabuena por tener "un" Manu!
ResponderEliminarEnhorabuena por criar a un hijo con la sensibilidad y la capacidad de empatía tan grande como para sufrir en carne propia el dolor ajeno.
Y a vosostros enhorabuena por encontrar la forma adecuada de manejar la depresión de un hijo, debe ser tremendo.
No se como conseguis con cada entrada, no solo sorprenderme sino a menudo paralizarme y atraparme.
Yo con mi hijo no siempre consigo ser lo estricta que debo, no llego a todo y a veces tengo que elegir donde apretar y a que faceta de su personalidad dedicarle el mayor esfuerzo. Me desespero cuando veo que no consigo que venza su pereza pero me lleno de alegría cuando por otras madres descubro gestos y detalles pequeños de generosidad y de empatía con sus compañeros.
un abrazo
Hola familia, aunque os leo casi siempre hacia tiempo que no os escribía, pero esto que le sucedió a Manu y cómo lo vivió y cómo al final lo superó con ayuda de todos, me ha hecho sentirme unida a él. A mi también me ha costado darme cuenta de como hay gente buena que en ocasiones se comporta mal y hay matices. Para algunas personas aprender ésto no nos es fácil pues pensamos que todo el mundo debe obrar bien, por lo menos respetando y comportándose como luego quieres que se comporten contigo, sin hacer daño.
ResponderEliminarCuando vamos aprendiendo y afrontando las enseñanzas de la vida siempre nos sale la sonrisa. Felicidades Manu por ser como eres y por tener esa sensibilidad, triunfarás como persona, seguro. Un beso fuerte Manu.
Y muchos besos para ti MªJesús, Luis y Milines.
Pobrecito! Debió pasarlo fatal! No se puede ser tan bueno en el mundo en el que vivimos! Que bien que se dio cuenta de que las cosas no son blancas o negras, hay millón de colores en medio.
ResponderEliminarMuchos besos Maria Jesús
¡Qué alivio que se le haya pasado! las personas sensibles sufren más pero tambien disfrutan más, hay que conseguir que lo primero no domine.
ResponderEliminarSiempre ha habido niños crueles que tienen por deporte fastidiar pero estoy de acuerdo en que ha aumentado la crueldad y falta de respeto, aunque no en vuestra familia.
Me alegro de que cuanto relatas de Manu terminara bien porque son situaciones que sin saber como, se tuercen y no es fácil después encontrar la salida. De niño viví una situación parecida y me costó mucho remontar el vuelo y aunque ahora aparece como un recuerdo muy lejano, estas cosas no se suelen olvidar.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias por contar estas anécdotas, porque sirven para darse cuenta de las miles de circunstancias que pueden pasarles a nuestros hijos... Tiene que ser muy angustioso ver sufrir a un hijo así, y qué bien que todo ha salido adelante y él es de nuevo un chico fuerte y tan bueno como siempre. Me alucina lo que contáis de sus hermanos! alguna vez tenéis que contar si hacéis cosas especiales para concienciar a todos los hermanos de que deben llevarse bien, apoyarse los unos a los otros... Es un tema, (el de la familia unida) que me preocupa mucho, porque se ven tantas familias rotas, tantos hermanos que no se llevan bien...
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