Estos últimos meses hemos recorrido etapas bonitas pero muy fatigosas en esta maratón que parece la vida.
Tengo la sensación de que se me exige una marcha continua, a paso lento, unas veces, y otras acelerado pero casi sin descanso.
Cada día es un entrenamiento que no asegura superar con éxito las etapas de montaña, que aparecen cuando menos te lo esperas. Lo divertido de esta marcha es que no hay planos editados, vas intuyendo el camino y a veces, muchas veces, tienes que pedir perdón y dar la vuelta.
Bodas, nacimiento, bautizo, operación y oposiciones me han hecho sprintar al máximo. Sin embargo, me doy cuenta de que en mi carrera, la verdaderamente mia, he avanzado muy poco, quizá porque en mi atolondramiento por superar etapas olvidé que a mi lado, en mi equipo corría Luis de compañero.
Afortunadamente aún no hay distancia entre nosotros y quedan muchas etapas juntos.
Y casi no nos escribes ni nada, que te estas volviendo una desalmada (es broma, ni caso, que ya tienes mucho ).
ResponderEliminarMe alegro mucho de las cosas buenas buenas que estáis viviendo. Y creo que no se porque que en vuestra carrera (la tuya con Luis) lo mejor es lo que tiene que venir, os lo deseo de corazón.
Soy el hooligan que el otro día asaltó a Luis en plena calle de León, en mi atolondramiento sólo acerté a decir que "muchas gracias por la familia que tenía"... somos del norte ya sabeis, introvertidos hacia dentro, de corazón MUCHAS GRACIAS.
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