miércoles, 22 de mayo de 2013

Matrimonios


Todo el empuje de nuestro ambiente cultural insiste en que el amor es fácil y natural, e incita a considerar que de igual modo lo es la unión entre el hombre y la mujer... Error profundo!. El matrimonio es bastante más que el amor sensual. El matrimonio es como una profesión, la única para la que no existe preparación. Y donde, una vez suavizado el encantamiento sensual, los altercados, enfados y silencios son inevitables. Lo que no significa que haya desaparecido el amor, simplemente se hace real.

Mª Jesús y yo llevamos casados treinta años, a lo largo de ellos nos hemos encontrado con diferencias que no estaban tan claras en su origen. Si hubiéramos dejado de luchar por nuestro matrimonio, fácilmente nos hubiéramos divorciado. Pero hemos procurado suavizar el roce de nuestras incompatibilidades, asumir defectos, evitar malos rollos … y es duro, muy duro!, de hecho a mi me supone una verdadera tortura: "el estiramiento", es decir, sin salir de tus casillas abrazar otras a las que no llegas; este unir sin juntar (sin anular) -superar las desigualdades sin cambiar las diferencias- me exige esa gran y dolorosa violencia. Pero el resultado es que todo queda estirado: las capacidades, las posibilidades, incluso las facultades intelectuales y la perspectiva vital, la voluntad y la confianza. Y estoy por jurar que no tengo otro recurso para superar mi inmadurez. Centrado ya el problema, y visto lo bueno de la solución, me dedico a buscar diferencias porque ya no concibo la vida, ya no avanzo, más que estirándome hacia ellas, hacia Mª Jesús enteramente.

Como es de esperar, nuestro entorno solo habla de amor ardiente. Pero los esposos viejos saben que los secretos de un matrimonio feliz  son paciencia y perseverancia; dominio de si para la aventura pura y dura; disposición para ser perdonado cuando no llegas ni a perdonar y, en los momentos de cataclismo: mala memoria.... También ayuda, por supuesto, que el marido este siempre dispuesto a cargar con la culpa. Como debe ser.

5 comentarios:

  1. JAJA, me rio por lo último que has escrito, que el marido siempre tenga la culpa, jeje...
    Habla el sentido común debido a tu experiencia y al amor por tu mujer y el hacer las cosas como deben ser. Todos los que estamos casados sabemos lo que eso supone, diferencias, problemas del día a día, dos personas distintas con costumbres distintas, con sus pensamientos, virtudes, defectos pero con la experiencia y con la confianza de saber que fue la persona elegida y que Dios nos ayuda, se sigue, paciencia, perdón y que el marido se eche la culpa y el matrimonio puede ser perfecto, jeje...Un abrazo!!!

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  2. Una reflexión muy bonita y positiva.
    Muchas gracias

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  3. Pues yo estoy de acuerdo con lo último, eso es fundamental jeje. Me ha gustado mucho tu post, la verdad es que los cursos parroquiales de preparación se quedaron cortos para lo que realmente es el matrimonio. Un abrazo y enhorabuena por vuestro matrimonio duradero.

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  4. Cuando lo les parece lógico, últimamente a mi alrededor se están rompiendo muchísimas parejas. Mi generacion a decidido no casarse, incluida yo, y visto a la velocidad con que la gente se separa y tiene nuevas parejas. Creo que mejor. El otro día en casa con mi pareja hablábamos de eso ¿ porque las parejas no duran más que 5 o 6 años?? Yo creo que la gente desea tener una familia y ser feliz. Menudo rollo os he metido.

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  5. Fíjate que leyendo la entrada se me han caído unas lagrimillas.
    Yo soy de las que no lo consiguió. Me llena de satisfacción leer que hay gente que si. Seguro que es porque os lo merecéis. Normalmente en la vida casi todo es una cuestión de esfuerzo. Amor y esfuerzo.
    Un abrazo y enhorabuena por la familia que teneis.

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