Hace un mes Luis llegó a casa cojeando porque se había caído de la moto.
¿Tu que harías? -me preguntó-
Iría al médico par ver el alcance de la lesión -respondí-.
Estoy acostumbrada a que Luis me pida opinión para afianzarse en la solución contraria, así que callé cuando decidió que se trataba de una lesión muscular que pasaría con el tiempo.
Después de un mes de cojera, un amigo médico le convenció durante una comida y, de mala gana, subió con él al hospital.
Había roto el peroné(¡ qué cabezón!) pero ya no procedía escayolar, después de un mes había unido y bien.
Ahora se trata de recuperar el músculo y me temo que será más lento que si hubiese seguido el proceso normal.
Teníamos proyectada una Semana Santa itinerante, posiblemente unas etapas del Camino de Santiago. Me hacía ilusión porque el silencio de la naturaleza permite entrar en esa parcela de mí misma que se acurruca asustada del ruido del asfalto, de las prisas de la vida ordinaria.
Nos conformaremos con la Vigilia Pascual en Samos y una ruta turística en barco por la Ribera Sacra... mientras vemos a Luis cojear .
Sacando la parte positiva de la negativa... Al menos la fractura ha unido bien.
ResponderEliminar¡¡Que se mejore pronto!!
¡Santa Semana Santa!
Besos
qué suerte tenéis de tener a vuestro lado alguién con tanta fuerza como para soportar ese dolor...¿de qué no será capaz?
ResponderEliminarMucho ánimo para Luis y para tí también! Yo tenía que haber salido hoy para Roma, pero con la huelga, se canceló el vuelo. Si Dios quiere saldremos mañana. Me acordaré de vosotros. Un beso!
ResponderEliminarYo diría que es una pequeña fisura. Por ahí ya nunca quebrará!
ResponderEliminarFeliz Pascua a toda la familia
ResponderEliminarCon o sin excursiones, muy feliz y luminosa Pascua para esta gran familia, que a base de entradas del blog, ya me es tan cercana.
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