domingo, 15 de enero de 2012

Retornando 35 años




Hemos pasado dos días en la montaña con familias del Movimiento Familiar Cristiano de Burgos y León.


Fue una convivencia con matrimonios muy jóvenes cargados de hijos pequeños. Y, allí, en medio de la desbordante algarabía, reviví los tiempos en los que nuestros mayores eran pequeños. En los que el portate bien”, “come lo que te den“, y la preocupación de guantes y gorros ocupaba gran parte de nuestro tiempo


A pesar de ir con nuestros benjamines: Luis de 13 años y Ana de 9, me di cuenta que estamos en una etapa distinta. Nos preocupa su formación, pero si comen más o menos, si están más o menos abrigados o si duermen cómodamente ya no forma parte de nuestros agobios.


En cierta medida me sentí culpable, más preocupada por estar con Luis padre que por estar con nuestros hijos. Creo que la nueva etapa en que hemos entrado es la vuelta al origen, la necesidad de estar los dos solos, y contemplar desde una vida que es más de los dos que de cada uno. Me gusta... no voy a cambiar de plan, pero los pequeños también tienen derecho a vivir su etapa.

4 comentarios:

  1. La vida son etapas. Sí, eso pasa. El otro día salíamos nosotros con una pareja con niños de 7 y 5 años y nos contaban como para salir a comer los domingos tenían que ir a sitios que les permitieran dejar un espacio a sus niños para correr. Nosotros ya no tenemos ese problema. Cada etapa tiene algo de bonito, amiga.
    Disfruta.
    Un abrazo

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  2. ¡Que suerte compartir esos momentos en la montaña palentina juntos!. Tenemos la misma ocupación y preocupación por la formación de nuestros hijos. Asimismo comparto que nunca se debe perder de vista ál compañero que estaba antes durante y después. Los polluelos vuelan y la pareja debe permanecer junta simepre.

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  3. Yo aún estoy en la etapa en la que mi contrario es siempre el último, pobre, por detrás incluso de guantes y gorros, pero espero llegar al pasado de nuevo donde no estábamos más que el uno para el otro. Esperaré, ahora no es el tiempo.

    Lou

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  4. Cada uno con lo suyo. Yo estoy desesperado por estar todos juntos, por sentir que somos una familia y no varias personas. Mi trabajo me deja compartir muy poco tiempo con ellos y trato de hacer que el tiempo que tengo libre sea por igual para todos y lo vivamos de la manera más intensa posible. Supongo que en pocos años llegaré al punto donde estás tú, en cuanto mis hijos comiencen a ser totalmente independientes y yo acabe por mentalizarme de ello.
    Un abrazo.

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