Niños

En la mesa de una cena prenavideña una intelectual se sorprende de que un joven matrimonio tuviese 6 niños, y sin ningún pudor se lanza a conocer detalles: ¿…no serán muchos? y ¿las oportunidades que perderéis como pareja y como profesionales?, ¿tendréis recursos para educarles?, etc... Solo faltó la consabida reflexión -neo-maltusiana- de escasez de recursos para sustento de la población.

Pues sí, ellos son los que usted considera el pelotón de los torpes: Los que se apañan con cualquier cosa y salen del paso improvisando como pueden. No saben de futuros porque solo conocen el hoy, (… un dulce y feliz hoy). Han desechado hoteles de lujo, playas caribeñas y caros espectáculos para divertirse. Se divierten cambiando pañales, contando cuentos y repasando la tabla de multiplicar… pero la alegría les sale al encuentro entre risas de niños.

Y, sobre todo, se callan ante sus indiscretas preguntas aunque les sobren argumentos, porque en el fondo les apena su vida tan chata, su perspectiva tan corta, su tristeza al enfrentarse con su futuro, con su realidad, con su egoísmo.

…a mi me preguntó si tenía todo el tiempo que necesitaban mis hijos. No, no lo tengo, ni para ellos ni para mí, lo que me ahorra todos los problemas que se crean por mirar tanto al ombligo… los que ella tiene.