sábado, 26 de febrero de 2011

Recios



La lectura de don Camilo despertó en mí una gran admiración por el comportamiento de sus personajes. Vi en ellos una escuela de autenticidad, de reciedumbre… de forja de amistad… a lo bestia.

Quizás por culpa de don Camilo nunca me importó que mis hijos resolviesen sus diferencias a bofetada limpia… liiimpia, es decir, honrada, sin odio, y en la medida de lo posible, con gracia, con humor y estilo.... como se ve en el video, dispuestos a "darse" con generosidad por un quítame allá esas pinturas, y después a pintar juntos en el mismo papel. Cuando los profesores me decían que se portaban muy bien y que no se pegaban con nadie yo les decía que ya salían pegados de casa…

No hace mucho, en un descuido, dejaron a Luis -el noveno- encerrado en el gimnasio del colegio, el entrenador comentó con alivio que menos mal que había sido un Roa porque los Roa no se asustan fácilmente y sus padres no le darán importancia. Es el síndrome “don Camilo”. Importancia ninguna, las dificultades, los contratiempos curten y las penurias medidas, compartidas… “refuerzan la amistad”.


6 comentarios:

  1. Ay, Mª Jesús! Ojalá te oigan todos esos padres helicópteros que andan por ahí sin dejar que sus hijos de un paso sin consultar y saliendo en su defensa por un rotulador.

    Antes nuestros padre dejaban que dirimiéramos nuestras diferencias sin intervenir a cada paso, y eso formaba parte de la educación.

    Ahora te pillan discutiendo con una amiga en el cole y la seño te manda a la capilla a meditar... en el mejor de los casos!

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  2. jaja
    Veo que empiezas a estar en forma de nuevo.
    Pues gana ella.
    Aunque las lágrimas al final...
    Pero sí, gana ella.
    Un abrazo para tí, y un besazo a esos niños tan guapísimos.

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  3. No conocía ese síndrome
    Es genial¡¡¡

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  4. me encanta!...asi es como quiero educar a mi hijo!...gracias por el ejemplo!

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  5. Me encanta coincidir, una vez más... no es corriente, aunque al final, creo que se mal-utilizan dos varas para medir, y eso sí que no es justo.
    Un beso.

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  6. absolutamente genial, un abrazo fuerte!

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