lunes, 15 de noviembre de 2010

Nuestro árbol


Mientras paseaba vi como una ráfaga de viento arrancaba las ramas de un árbol y mi imaginación me hizo pensar en todo aquello que perdemos por falta de firmeza, por no estar unido al tronco... por haberse secado

Me gusta el roble centenario que preside nuestra pradera, son dos troncos que parece que surgen de una sola raíz y que en el mismo suelo se separan para terminar formando una copa única, armónica... Nadie ha sabido decir si son dos o es un solo árbol. (lo podéis ver en la foto de hace 28 años).

Cuando "agarro un calentón" contra Luis pienso en “nuestro árbol" que no ha parado de crecer desde que hace veinte años hicimos una casita a su lado, hoy se puede decir que está debajo.

Estoy segura de que se secaría si se separaran los dos troncos, como las familias en que los padres hacen la vida cada uno por su lado y se enfrentan por separado a los problemas de sus hijos, haciendo campaña incluso en competencia, sin armonía.... sin copa única.


10 comentarios:

  1. Hermosa figura la de ese árbol. Tremendamente visual y fácil de entender Mª Jesús. Totalmente de acuerdo. Dos troncos con una sola raíz y con una misma copa. Precioso.

    Por cierto, Juan nacerá ya la semana que viene. Ya pesa 2'850 kg y todo está listo...

    Besos

    ResponderEliminar
  2. Magnífico el símil del matrimonio: una misma base, las mismas ramas que dan los mismos frutos y que se sustentan en dos troncos, da sombra y cobijo a quien quiera acercarse y siempre está ahí, para lo que haga falta, dando ejemplo de perseverancia.

    A mí también me gusta vuestro árbol.

    ResponderEliminar
  3. Que bien lo explicas M Jesus.....
    He tenido experiencia de ver las consecuencias de no estar en Comunion con mi marido, catastróficas!!Y ahora guardo como oro en paño esta Base de Unidad en el Espiritu que se encarna en nuestras vidas para ver crecer a los hijos en la gozosa Libertad de los Hijos de Dios....gracias perfectamente explicado. una brazo

    ResponderEliminar
  4. Muy bonita comparacion, es verdad y es asi, me gusta como escribes Mª Jesús me ayudas mucho
    un abrazo

    ResponderEliminar
  5. Siempre me gustaron los árboles. Los pinto sin cesar, creo como tú que tienen tanto que enseñarnos...
    Y cuanto más fuerte su tronco, más respeto me imponen. Preciosa metáfora, llena de vida.
    Un besote

    ResponderEliminar
  6. Lo más probable es que crecieran a partir de una misma estaca de roble y con ganado bovino trashumante. Puede ser!
    Así no es ni uno ni dos, sino como tú bien dices... ambos.

    ResponderEliminar
  7. Esta entrada merece recomendación.
    Una amiga de mi madre afirma que las discusiones matrimoniales son imprescindibles. "Antonio y yo discutimos muchísimo. Luego nos reímos uno de otro de las cosas que nos hemos dicho."

    ResponderEliminar
  8. pareciera que ese arbol te lo hubiera puesto Dios a propósito para que nos escribieras esta entrada.

    ResponderEliminar
  9. La verdad es que estoy con los demás: el símil del árbol es maravilloso. Me gusta ver (no me alegro, pero reconozco que me ayuda), que hay momentos duros en muchas parejas y que se pueden superar.
    Yo me vengo abajo con mucha facilidad y por eso el ejemplo y lo que enseñan los matrimonios con más experiencias me dan mucha paz.
    Ahora que vamos a volver a ser papás, noto la importancia de volver a estar unidos. Y no soy yo sola, mi marido también lo nota, y sin darnos cuenta estamos de acuerdo. Es fundamental porque a mayores responsabilidades, mayor es la necesidad de unidad, de comunión. Si la vida te cambia con uno, no quiero ni imaginarme con dos, o más. Los nervios, las responsabilidades... es fundamental quererse y ser uno sólo. Pero cuando los caracteres son taaaaan diferentes, como nos sucede a nosotros y les pasa a tanta gente... ¿cómo ser uno solo? es tan difícil!!!

    ResponderEliminar
  10. He leído en el periodico de hoy que van a ejecutar a una pakistaní por el hecho de ser católica. En ese pais por lo visto se persigue a todo aquel que no sea musulman.
    Es madre de 5 hijos y tiene mi misma edad; 45 años.
    Los cristianos siempre perseguidos desde el principio de los tiempos!.

    ResponderEliminar