martes, 13 de julio de 2010

DEL ENAMORAMIENTO AL AMOR


Estoy convencida de que el fracaso de muchos matrimonios se debe al error que han sembrado respecto a esta institución algunos envidiosos malintencionados o cobardes ignorantes.

Los amores conyugales deben tener su origen en el enamoramiento, un sentimiento que se produce en la persona sin su intervención, un acontecimiento en nuestra vida que nos sorprende y nos transforma, pero, no nos engañemos, se trata de un estado emocional transitorio ( gracias a Dios), que en ocasiones desemboca en un “estado de imbecilidad transitoria”, como decía Don Gregorio Marañón. Es un amor que surge de nuestra naturaleza sexuada, y necesita de la implicación de la persona, del concurso de la inteligencia y la voluntad, para convertirse en amor.

Si la persona no comparece “en persona” el sentimiento que conmueve nuestra carne desaparecerá en días, meses...

El paso del enamoramiento al amor exige la actuación libre de la persona, que se convierte en sujeto activo y decide libremente aceptar al amado y convertirle en sujeto preferido, incluso respecto a sí mismo.

Ya no podemos hablar de un fenómeno extraño a los propios amadores, que aparece y desaparece como los Ojos del Guadiana, por el contrario, el amor exige que los cónyuges actúen, que conformen, perfeccionen y restauren contínuamente su unión.

Si no actuamos, ni no amamos, la culpa será exclusivamente nuestra.

El gran problema es que amar exige entrega y para entregarse hay previamente que poseerse porque no podemos dar lo que no tenemos. Por ello solo deben casarse los que sean libres, capaces de cumplir sus compromisos.

Todos sabemos la fórmula del matrimonio canónico: “...en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte nos separe”. Pero quizá nos sorprenda más saber que en el matrimonio civil también nos comprometemos, así el Código Civil en su art 68 dispone: Los cónyuges están obligados a vivir juntos, guardarse fidelidad y socorrerse mutuamente.”

Si no tenemos claro qué es el matrimonio, a qué nos hemos comprometido, es muy difícil que podamos afrontar las tempestades que, casi seguro, tendremos que bandear. El obrar no es correcto si no hay verdad, y se tiende a sustituir la entrega incondicional por el actuar egoísta.

9 comentarios:

  1. Por lo visto una tal 'Iglesia de la Comunidad Metropolitana (ICM' quiere instaurarse en España. Se llaman a sí mismos 'la Iglesia gay'.

    Hace falta muchas entradas como esta para compensar el imperio de la sociedad pagana.

    Un abrazo!

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  2. Muchas gracias a esta gran familia por vuestro testimonio en la red y también por vuestro apoyo en el sueño de unirnos todos los blogueros con el Santo Padre.

    Invitamos a todos a colaborar en este proyecto y a que invitéis también a vuestros amigos..

    Abrazos.

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  3. En el fondo es algo parecido (y mejor explicado por ti, como de costumbre) lo que suelo decir, y es que para que el matrimonio perdure hay que conquistar a tu pareja todos los días. Es decir, que esa entrega que al principio es fruto del enamoramiento, tiene que continuar pero de forma consciente y voluntaria.

    Cada día me gusta más como explicas las cosas.

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  4. Todo un master en la materia, es lo que nos dejas, pero ...
    De nuevo el dichoso "pero".
    ¿Como hacerle entender todos estos criterios a una juventud cómodamente instaurada en lo fácil, en el "sinesfuerzo" y en lo más satisfactorio?
    Es tan difícil convencer a quien no quiere ser convencido...
    Un abrazo, amiga.

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  5. que bien lo cuentas y que FOTO!!!!

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  6. FOTO IDÍLICA Y EL TEXTO PRECIOSO.
    YO NO TENGO NIÑOS PORQUE ME HA TOCADO LA ENFERMEDAD, Y A MI MARIDO TAMBIÉN, POBRE. EL ESPIRITU SANTO NOS UNE COMO PEGAMENTO, PESE A QUE HAYAN QUERIDO DESTRUIR NUESTRA RELACION.
    UN ABRAZO.

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  7. Después de los días de "trasiego" que hemos tenido, reflexioné, unos segundos sobre algo. Su alergia afloró, al final del día, acabados de poner "los pies en alto" sobre las 0,00, le dije, tómate la pastilla, y él me dice, ya mañana y supuse era por el cansancio. Me levanté, y me lancé a la caja de las medicinas a buscarla y cuando se la llevé, sonrió. Más tarde, en la cama, comprobé que los dolores, de hace ya días, no habían remitido, todo lo contrario. Yo le dije, "ya mañana", y él bajó tres pisos a la misma caja, en busca de alivio. Sentimos pereza hacia lo propio, pero no hacia lo del otro.

    Un beso.

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  8. Hola familia!
    Hace poco tuve que declarar en el tribunal de La Rota de Madrid. Llevo casi cuatro años con un proceso abierto que durante un tiempo me estuvo matando, un dolor que hay sumar al propio del trauma de la separación, pero que ya considero como "parte de todo esto".

    En todo el proceso, he sentido y vivido como los separados son los actuales leprosos de la Iglesia por muchos de sus miembros. Tu puedes haber abortado, haber sido drogadicto, haber incluso sido traficante, haber matado o robado, incluso haber sido violador, que si has vivido una conversión auténtica, serás ejemplo y tu testimonio será requerido por muchos. Pero si te casaste y ya no vives con tu mujer, mejor que no se entere nadie. Las miradas se atraviesan cuando se enteran de tu condición.

    La psicologa del proceso, la cual me examinó solo durante siete horas y media, ha sido la primera persona en todo esto que he sentido que "entiende" algo, y me dijo que aunque lo parezca, toda la culpa de todo no la tenemos solo los cónyuges, inmaduros y/o egosistas en diez de cada diez casos.

    Que la Iglesia está casando a gente sin prepararla es algo que todos sabemos, pero no se ataja.
    En los últimos cinco años he ido a siete bodas de las que al menos seis tienen visos muy claros de haber sido matrimonios nulos. ¿Cómo es posible que un cura case a una pareja sin conocer a los dos cónyuges?

    En los últimos años estoy siendo testigo de la hemorragia que sufre la Iglesia con este tema. De mis amigos de toda la vida, resulta que los separados somos los que nos casamos intentando hacer las cosas más o menos bien. Los que están perseverando son los que se casaron después de dos o tres años de vivir juntos antes del matrimonio. Yo no digo que eso sea el remedio, digo que es lo que está pasando.

    Hace un años se casó una amiga mía, católica de educación y convicción, tras año y medio de noviazgo. Se separaron en un año. ¿Egoistas, inmaduros, enamoradizos...? No lo sé. Lo que está claro es que los católicos no nos sabemso casar, pero eso no creo que sea solo culpa de los cónyuges. ¿Cómo lo veis?


    Un fuerte abrazo e id preparando las maletas!!!

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  9. qué bien dces, qué bien te espresas... muchos besos, ah, reza un poquito por mí

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