Para la cultura dominante las relaciones amorosas solo son comprensibles dentro del marco de la satisfacción personal y situando al sentimiento como unidad de medida tanto para cónyuge como para el compañero sentimental.
Pero el compañero sentimental no merece ni si quiera el calificativo de sucedáneo del cónyuge porque la razón de unión en la pareja sentimental es la utilidad, rechazando el compromiso para vivir en una continua autonomía, de espaldas a un vínculo definitivo.
Solo se asemeja la pareja sentimental al matrimonio en las formas externas. Imita al original pero intenta ocultar la calidad de éste, la que deriva de la entrega incondicional. El compañero sentimental es más asequible, más cómodo, porque permite configurar una relación que se acomoda al uno mismo que cada uno construye de sí, dándole el contenido que uno quiera, no tiene riesgos.
La pareja sentimental se caracteriza precisamente porque está formada por dos personas que entrecruzan prestaciones. "Do ut des" (te doy para que me des). Mientras estas prestaciones satisfagan a cada uno de los sujetos individuales la pareja subsiste, en cuanto se rompa la ecuación, si a uno de los dos no le compensa lo que recibe del otro, o ya no tiene nada que dar, la pareja se destruye.
Mientras dure la satisfacción proveniente de la emoción la pareja sobrevivirá porque su
criterio de unión es la utilidad, que determina también la presencia o no de hijos en la relación.
Bajo esta perspectiva es lógico que el compañero sentimental no arriesgue, no involucre toda su vida, toda su persona, porque sus expectativas pueden verse defraudadas por la voluntad o la imposibilidad del otro.
El triunfo del individualismo ha provocado la difusión de esta idea del matrimonio que no obedece a la naturaleza de esta institución y que precipita al fracaso.
Pero, por favor, no llamemos a esto matrimonio porque el matrimonio es .... (continuará).
Interesantisimo y totalmente de acuerdo contigo en todo hasta ahora. Gracias por exponer estos temas, que merecen ser leidos por todo el mundo.
ResponderEliminarUn abrazo!
El amor promete infinidad, eternidad, una realidad más grande y completamente distinta de nuestra existencia cotidiana. Pero, al mismo tiempo, se constata que el camino para lograr esta meta no consiste simplemente en dejarse dominar por el instinto. Hace falta una purificación y maduración, que incluyen también la renuncia. Esto no es rechazar el eros ni «envenenarlo», sino sanearlo para que alcance su verdadera grandeza.
ResponderEliminarSon palabras de la encíclica DEUS CARITAS EST.
así es, el individualismo gana enteros... besos cielo
ResponderEliminarCompañero sentimental es el perro, que meda cariño y yo a él; o los peces de colores que yo les doy cariño y ellos hacen movimientos graciosos que provocan en mí sentimientos de alegría; o el gato que ronronea de placer cuando le rasco el lomo y me da su calorcillo en mi regazo y la suavidad de su pelo en mis manos. Una compañía que provoca algún tipo de sentimiento es un compañero sentimental. Nada que ver con un matrimonio, ni visto de lejos.
ResponderEliminarAtar los perros con longanizas, diría yo. Juntos, pero no revueltos. Qué no tengamos compromiso, que eso requiere esfuerzo, y el esfuerzo cuanto menos...
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo.
Un compañero sentimental es un tipo con el que no soportas ir a ver "7 novias para 7 hermanos". Se la pasa entera llorando.
ResponderEliminarMenudo tema nos entrega.
ResponderEliminarPara mi la base de un matrimonio es la confianza, porque se supone que amor no debe faltar.
Besos.
Me gusta como escribes y la profundidad de tus escritos.
ResponderEliminarUn beso de una casada.
Interesante, interesante. Quedo a la espera de la prometedora continuación.
ResponderEliminarAnda que no hay diferencia... abismal, vaya.
ResponderEliminarEspero la continuación.
Muchos besos a todos.
Me ha encantado, creo que está dicho casi todo, pero no obstante, espero la continuación.
ResponderEliminarUn beso.
me encanta tu blog. Es buenísimo. Lo leo a veces y es una alegria las cosas que cuentas.
ResponderEliminarun beso,
Chon.
¡Muy bueno! Gracias.
ResponderEliminar