lunes, 8 de marzo de 2010

IGUALDAD

Ayer celebramos el día de la mujer trabajadora y he prestado especial atención a los comportamientos de varones y mujeres dentro de mi oficina. La única diferencia que he observado es que las mujeres vuelven del descanso de media jornada con bolsas de comida o de trapitos y los hombres con las manos vacías. Desde la perspectiva feminista se diría que las mujeres se encargan del hogar en los momentos de descanso laboral y los hombres van a casa a mesa puesta y ropita elegida, pero no es verdad, por experiencia sé que revolver en los comercios o en el mercado es un drama para los varones y un gustazo para las mujeres. Ellos se ocupan de la puesta a punto del coche, papeleos, averías, inspecciones (menudo rollo) o en cada familia según su particular habilidad. ¡No quiero imaginar mis pintas si la elección del vestuario correspondiera a Luis!, ni (seré sincera) cómo se amontonarían las averías si yo me encargara de ello.

La obsesión por la igualdad nos está imponiendo que tanto comprar ropa como arreglar el coche se reparta por mitades sin tener en cuenta habilidades ni gustos (es lo que quieren imponer nuestros “decidores de verdades”).

El individualismo que nos domina se ha instalado también en la familia, que algunos entienden como el marco adecuado para que cada uno de sus componentes progrese individualmente, en ocasiones a costa del otro. Falta la visión de la familia como unidad, de esa unidad nacida de la complementariedad de lo diferente, de lo desigual. Del hombre y de la mujer…. y sobra mucho Estado "protector" administrador del cielo y de la tierra, metiendo las narices en lo que funciona bien, ¡como si no hubiera situaciones graves que requieren atención!

La foto está hecha el sábado celebrando el cumple de Carmen y la tía MªCarmen, ambas nacieron el 4 de marzo. Mujeres trabajadoras, conciliadoras y... conciliantes (que también hacen faltan).

9 comentarios:

  1. Yo también he pensado muchas veces qué sería de mí si mi padre alguna vez hubiese elegido mi ropa... o si eligiese la suya propia. ¡Por Dios no!

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  2. Es tal como dices.
    Lo diferente no tiene futuro.

    Besos.

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  3. En mi casa yo compro la ropa de los niños, ¡incluso la de Esther!, y ella hace taladros, arregla cosas, etc... Pero por mera supervivencia familiar... Cada uno que haga aquello que mejor sabe, que más aporta a la unidad familiar etc etc etc... Es verdad que la lucha por la igualdad de la mujer en derechos y reconocimiento fue dura y larga. Y es justo que haya un día que así lo reconozca aunque hoy ya nos parezca en nuestro occidente querido algo trasnochado... Lo que no acabo de ver es si la particular lucha de aquellas mujeres de principios de siglo XX se parece en algo a la lucha de muchas acomodadas de hoy que tienen de rebelde lo que yo de melenudo. En fin... ¡hemos trivializado hasta la idea de REVOLUCIÓN!

    besos a la family

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  4. Lo acabo de ver, a ver qué te parece: http://www.youtube.com/watch?v=Svlb5L9HYuM

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  5. En tu familia, como en la mía, siempre hay motivo para una fiesta. Gracias a Dios.

    Te cuento, mi marido era un "manitas" que todo lo arreglaba antes y mejor que el honrado especialista de turno, todavía tengo que hacer un esfuerzo mental para llamar a un operario cuando algo se rompe, no tengo puesto el chip, y generalmente tengo las cosas con arreglos provisionales para toda la vida.

    Y es que mis hijos son tan listos que se hacen los tontos.

    Tengo que reconocer que no me gustan las compras

    Un abrazo

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  6. Muy bien explicada la igualdad que ha de ser desigual para que todo funcione mejor, en el trabajo de casa, en el trabajo de fuera y en el gobierno.
    Bonita foto, debes de tener un álbun increíble.
    besos, guapa

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  7. Hay una película para niños, David y el Gigante de Piedra en la que se explica todo esto. Dios al crear el mundo repartió dones desde el cielo, a unos les tocó algo y a otros nada.
    Me gusta recordarla porque muchas veces me hace pensar.
    Cada uno tiene que poner sus dones al servicio de los demás, y punto.
    Lo justo en ambos sentidos. Nada de radicalismos.
    Un abrazo

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  8. Felicidades a esas dos grandes mujeres y a tí también, porque te lo mereces.

    Muchos besos.

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  9. Siento recurrir a la burda locución "tiran más dos tetas, que dos carretas", pero lo define todo en este caso. La interpretación es chistosa por parte de nosotros; más por cierta, que por morbosa.
    En el fondo todos sabemos que no somos nadie sin una mujer al timón y además encantados, eso sí... que nadie se dé cuenta (ni ella (así él lo crea))!
    Para una mujer es más fácil pelear contra un hombre, que usar sus dones y hacer de él, un hombre.

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