¿QUÉ PRETENDO?

Me han hecho una curiosa pregunta: ¿qué pretendeis los cristianos?.

Aunque es una pregunta difícil de responder porque habrá tantas pretensiones como personas, creo que lo único que pretendemos con carácter general es un mundo en que se pueda "ser".

No sé si quiera porque escribo en este blog que inició Luis, quizá porque he descubierto no hace tanto mi propia identidad.

Me he sentido durante años como aquel chiquillo que estaba en el balcón de una casa en llamas y oyó una voz que le decía "¡tírate!", el chiquillo no se atrevía porque no veía nada, el humo y las llamas cegaban sus ojos, "¡es que no veo nada!" -gritaba-, pero reconoció la voz de su padre que decía "¡tírate, yo si te veo a tí!", se tiró y se salvó.

Sentir que tengo un Padre que me ve y me recoge es tranquilizador. Muchas veces me asalta el pánico y me niego a saltar, El respeta mi libertad, pero sigue esperándome.

Sería un canalla el que descubriera un oasis en el desierto y no gritara a los caminantes cegados por el sol ¡aquí, aquí hay agua fresca!. No puedo hablar por los demás, pero mi mirada no es codiciosa, ni escrutadora, no pretende juzgar ni devaluar a los demás, pero no puedo callar porque si callo me pierdo en el desierto.

Me conforta y me alimenta visitar los blogs que comparten conmigo el descubrimiento de la Verdad, pero también me siento, sin saber por qué, vinculada a unos ojos azules, a un cuadradito negro, a una mujer en la playa que presiento también Mia, a una madre en apuros. Les respeto y les aprecio. Amar a mis hijos me está enseñando a aceptar sin juzgar, renunciando a apoderarme de ellos, respetando su libertad.