SUPERÓ LA OPERACION

La tía ha superado la operación y ya está en la UCI. Es una mujer voluntariosa y ve sus estancias en el hospital con un sentido del humor envidiable. Os transcribo como comunicaba a sus familiares hace un año su ingreso en el hospital de León, que como siempre sigue en obras.

De pronto me puse mala y me ingresaron en la Seguridad Social

Vino una enfermera y dijo que me desnudara y me echara en la camilla, y me puso un camisón tan diminuto que las mangas no llegaban a las muñecas. Ella se fue tan deprisa que no me dio tiempo a decir nada - quedé con los dos brazos levantados a los lados del tórax como si estuviera explicándole a alguien lo que son unas líneas paralelas.

Entró una médico dispuesta a explorarme:

- Pero hija, ¿qué le pasa en los brazos?

- Que me han puesto un camisón tan escaso que no puedo moverme

Ella se asombró:

- ¡Pero si le han dado uno de niño pequeño!

Y marchó para subsanar el error.

Después de 24 horas ingresé en planta, en la parte antigua con otras dos enfermas y sus familiares que resultaron ser gente encantadora

Vinieron las enfermeras y me instalaron cómodamente-sueros sonda, oxígeno... Y me dejaron.

Entonces empezamos a descubrir fallos. No había papel higiénico, ni servilletas, ni toallas, ni vasos ni palanganas, ni mantas ni calefacción y fue de los días más fríos del año. Por la noche nos echamos toda la ropa de disponíamos y aquello parecía un campamento de gitanos.

El tambor de la persiana no ajustaba y dejaba entrar tanto viento que una enfermera dijo:

- ¿Y ustedes por qué tienen la ventana abierta?

Al día siguiente se arreglaron algunas cosas. Trajeron mantas calefacción comenzó a funcionar tan bien que casi nos cuecen. Pusieron papel higiénico en el aseo con lo que el ahorro de Klinex fue considerable. Las toallas demás chucherías las trajeron de casa. Vasos no. No teníamos y pasar ­tres días bebiendo en esos chiquititos en los que traen los medicamentos.

Cuando preguntaban: ¿Cuántos vasos de agua ha bebido hoy? podía contestar: ¡ Veintisiete!

Como yo estaba toda atada a la cama, quise saber como podía hacer para ir al baño. Me lo explicaron:

- Se cuelga la bolsa de la orina en el brazo, como si fuera bolso, se desenchufa el oxígeno y con la otra mano coge suero

Así lo hice, pero como el camisón-babí estaba atado al cuello solo unas cintas, los bordes de la espalda volaban libres al no disponer de una mano que los sujetase por detrás. De modo que ibas al aseo dando todo especta-culo.

Pero la situación mas chocante fue cuando el domingo por la tarde con la habitación llena de visitas, entró una enfermera y dijo:

- "Un momento, por favor. (se hizo un silencio absoluto) ¿Quién ha hecho caca?

Hubo un segundo de expectación. Nos miramos unos a otros algo desconcertados, luego las enfermas nos dimos cuenta que la cosa iba por nosotras y tímidamente, levantamos la mano.

Creí que nos iban a dar un aplauso, pero no pasó nada. La enfermera anotó la "hazaña" en un cuaderno, y se fue.

Hay mucho más que contar pero no quiero que el relato se haga pesado. He de hacer constar que médicos y enfermeras eran estupendos.

Pero lo pasé muy bien y si hace falta repito. Maricarmen