Me gusta el silencio y en la intimidad del hogar ponerme a coser disfrutando de una actitud receptiva escuchando o contemplando..., pero "en la calle" mi propia timidez o la necesidad de estar en guardia me empuja a hablar en conversaciones que solo son eso: palabras, cuando no cortinas tras las que esconderme.
Sin embargo, estos días, coincidiendo con que he tenido que relacionarme con muchas personas, he padecido una profunda afonía que me ha obligado a permanecer en silencio, hablando solo lo imprescindible, y en ese silencio he escuchado no solo las palabras sino el latido del corazón de algunos de mis interlocutores.
Me he dado cuenta de que entre princesas y cenicientas, príncipes y mendigos, cultos y analfabetos los hay que miran hacia afuera y el mundo se convierte para ellos en un lugar cada vez más grande porque entregándose a la que deben hacer consiguen salir de si mismos y los hay que mirando solo hacia sí mismos, concentrados en su ombligo se limitan a medir obsesivamente si son suficientemente valorados. Y es que a veces nos convertimos en un ovillo y pasamos temporadas, incluso toda la vida, replegados sobre nosotros mismos y da igual donde viajemos o con quien estemos, el mundo se vuelve pequeño porque el paisaje siempre es el mismo: uno mismo.
Yo casi todos, por no decir todos, los que conozco se miran/nos miramos el ombligo.
ResponderEliminarOtra cosa es que se disimule con mayor o menor fortuna.
Besos.
Hay que intentar siempre salir de nuestro mundo egocentrico y poder dar todo lo que llevamos dentro sin cansarse, qué dificil, verdad? pero yo lo intento y cuando no puedo más pido fuerza a Quien yo sé que me va a ayudar a conseguirlo.
ResponderEliminarUn beso a todos
Paloma
Ah, se me olvidaba MªJesús, a mi también me gusta el silencio, he aprendido a escuchar en el silencio para luego actuar poque estarme quieta no puedo mucho tiempo, y yo lo recomiendo, no es fácil pero es bueno si se puede.
ResponderEliminarMás besos
Paloma
Va a ser por eso que mucha gente se aburre.
ResponderEliminarY va a ser ese el motivo por el que yo misma me aburro cuando me aburro:)
Un bs
¿La tía?
Luisa
Coincido contigo.
ResponderEliminarNo estamos tan lejos de eso, sino muchas veces inmersos en eso.
Levantar un poco la vista no esta mal, sobre todo cuando es tan necesario.
Besos Familia.
Siempre he palpado silencios
ResponderEliminarelocuentes,grandes, inmensos...
Y de ellos hoy florecen recuerdos
besos
Cómo te entiendo, amiga...
ResponderEliminarHay palabras que parecen tuyas en mí último post.
Un beso
Te contesté en mi blog.
ResponderEliminarGracias por aún sin conocerme añorarme. Una contradicción más de las muchas que me rodean.
Besos
Lo que dices creo que es completo. Y me gustaría destacar que a pesar de la timidez y tal tienen algo envidiable, el calor familiar.
ResponderEliminarP.D.: La mía creo que es envidia sana.
Un saludo
Te comprendo. Cuando nos reconcentramos en nosotros mismos, nos perdemos lo mejor de la vida. Y para ver más allá, nos hace falta hacer silencio dentro de nosotros. Un abrazo. ¿Qué tal la vuelta a lo cotidiano?
ResponderEliminarEs necesario buscar el silencio interior constántemente, vivimos rodeados de demasiado ruido y no nos da tiempo a pensar. Mucho menos a orar con el corazón, fundamental para poner a Dios y a los demás en el lugar que les corresponde, que es siempre delante de nosotros.
ResponderEliminarUn beso cielo.
(espero tu mail)
tremendo ombliguismo... hasta yo que me encanta escuchar a la gente, observarla, tender la mano,,, es uno de los males del S.XXI
ResponderEliminarbuen día, niña
Cuánta razón tienes: cuánto tiempo perdemos en pensar si somos suficientemente valorados cuando lo que realmente nos debería importar es cuánto valoramos nosotros a los demás.
ResponderEliminarMe encanta esa teoría de la película CADENA DE FAVORES: si uno está pendiente de sí mismo, sólo hay una persona preocupándose por uno; en cambio, si todos nos preocupásemos de todos habría muchísima gente preocupada por nosotros, con lo cual, trabajo que nos ahorramos... Habría que ponerlo en práctica...
Yo soy de las que escuchan, me da mucha vergüenza hablar en público, tengo demasiado complejo de inferioridad :-(
ResponderEliminarBesos
Qué bonito y qué bien descrito lo que dices: "el mundo se hace muy pequeño porque el paisaje siempre es el mismo".
ResponderEliminarEs muy cierto...