Dicho por un amigo

Mi hijo menor (16 años) va al I.E.S Alcalde Bernabé aquí en Santa Cruz de Tenerife. Se trata de un magnifico edificio de nueva factura donde se forman en el sistema público de educación las futuras generaciones en cuyas manos vamos a estar los que ahora llevamos las riendas de la sociedad.

Mi hijo es gracias a Dios católico practicante, y si no deja de serlo, creo que su moral será el activo mas importante de su vida; desde luego lo más importante que yo le haya podido legar. Saber reconocer la dignidad de las personas humanas; la trascendencia de todos actos que ha de realizar; el concepto de pecado y la humillación que implica reconocerse infractor de una moral superior, y el santo temor de Dios, que aunque la iglesia parezca haberlo desterrado, es uno de los enunciados mas característicos del odiado “catolicismo”.

Sin estos pilares básicos la sociedad continuará, sin duda, pero será una sociedad tiránica y aborrecible llena de mensajes vacíos, que regresará a los tiempos del paganismo con todas sus peores lacras, que ya se atisban; en donde los mensajes serán palabrería, como “la igualdad de sexo” nunca tan predicada cuanto más transgredida, degradando a la mujer en un continuo desfilar televisivo de pornografía como un ser sumiso a satisfacer las peores perversiones del hombre, sodomizada e incluso maltratada; o como “el derecho a la vida” vaciado de contenido hasta la extenuación “con el aborto de transito” es decir a medio nacer, como un seguro para la madre que quiere cargarse a la criatura ya demasiado mayor, sin que le ocasione los riesgos de albergar a todo un niño asesinado en su interior; sistema ahora defendido por el “negro” mas poderoso del mundo; porque -ese ser- dice el muy cínico, aun no tiene derechos constitucionales (parece un sarcasmo que lo diga un negro).
O por que se llegará a ver como hecho ya normal para los jóvenes “sin espeluznarse” como el novio se carga a su novia y la tira al río; o mata a su “pareja” y a los hijos de su “ex” cuando por frustración personal tiene que hacer “algo gordo” y no existen límites en su conciencia, que le hagan reflexionar sobre su irremisible condenación eterna, al haberse dirigido por el sendero prohibido en vez del –ordenado- amarás al prójimo como a ti mismo, con su máximo exponente de dar la vida por los demás, en vez de quitarla.

El que ahora escribe pertenece a una generación cristiana, donde pudiendo ser igual de malos (porque la perversión esta en nuestra naturaleza), somos conscientes de la seriedad de la elección de serlo y de actuar así o refrenarnos; para ello tuvimos el instrumento de la religión y la educación de la familia vertebrada hoy seriamente dañada.

Mi hijo Santiago se dirigía el otro día al aula de Educación para La Ciudadanía, (en el IES cambian de aula para cada clase), por el camino escuchó esta conversación entre dos niñas de 15 0 16 años; -ayer me tire a “fulanito”- y ¿cómo la tenía? contestó la otra de forma natural. Es de suponer que tanta vanalidad tendría que ser objeto de corrección, sino ya por la religión, reducida a elemento opresor de conciencias; si al menos por una asignatura de Ética, que explicara algo tan sencillo como que “no todo lo placentero es bueno”, que para todo hay momentos, y que el sexo que no esta destinado a un fin mínimamente serio, como estructurar una relación entre un hombre y una mujer, acaba siendo una negación de la dignidad. Sin embargo en educación ético cívica la profesora explica las maravillas de la liberación sexual, del derecho al aborto, a la suerte de todo tipo de nuevas formas de familia; y por supuesto esencialmente a la desmitificación: negar la existencia de Dios, de la Virgen a reírse de la santidad y a atacar a la iglesia católica…nunca al Islam, es defensora del velo en los colegios. Ni que decir tiene que mi hijo en minoría aplastante en cada debate ha suspendido con 3´5 por respuestas inmaduras (según nos explicó la profesora, que lleva a sus hijos a colegio privado)


El problema no es la asignatura, es lo que en ella se vierte, y se vierte lo que el que gobierna quiere, y el Gobierno salido del pueblo es el que quiere pervertir, porque emana de un pueblo ya en gran medida pervertido. Basta ver la programación de las cadenas de TV para darse cuenta de la basura en la que estamos cayendo.

Me viene a la cabeza la epístola de San Pablo a los Romanos en los versículos sobre la culpabilidad humana: Por eso los malvados no tienen disculpa, 21 pues aunque han conocido a Dios, no lo han honrado como a Dios ni le han dado gracias. Al contrario, han terminado pensando puras tonterías, y su necia mente se ha quedado a oscuras.s 22 Decían ser sabios, pero se hicieron tontos,t 23 pues cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes del hombre mortal, e incluso por imágenes de aves, cuadrúpedos y reptiles.u
24 Por lo cual, Dios los ha abandonado a sus impuros deseos,v y unos con otros han cometido acciones vergonzosas. 25 En lugar de la verdad de Dios han buscado la mentira,w y han honrado y adorado las cosas creadas por Dios y no a Dios mismo, que las creó y merece alabanza por siempre. Amén.x
26 Por eso, Dios los ha abandonado a pasiones vergonzosas. Incluso sus mujeres han cambiado las relaciones naturales por las que van contra naturaleza; 27 y, de la misma manera, los hombres han dejado sus relaciones naturales con la mujer y arden en malos deseos los unos por los otros. Hombres con hombres cometen actos vergonzososy y sufren en su propio cuerpo el castigo de su perversión.
28 Como no quisieron reconocer a Dios, él los ha abandonado a sus perversos pensamientos, para que hagan lo que no deben hacer. 29 Están llenos de toda clase de injusticia,z perversidad, avaricia y maldad. Son envidiosos, asesinos, pendencieros, engañadores, perversos y chismosos. 30 Hablan mal de los demás, son enemigos de Dios, insolentes, vanidosos y soberbios; inventan maldades, desobedecen a los padres, 31 son insensatos, no cumplen su palabra, no tienen cariño a nadie, no perdonan, no sienten compasión.a 32 Saben muy bien que Dios ha decretado la muerte contra quienes hacen estas cosas; sin embargo las siguen haciendo, y hasta ven con gusto que otros las hagan. JUAN IGNACIO MORENO