Este año nos tuvimos que conformar con poner el Belen en una ermita abandonada a la que se podía acceder sin grandes ascensos, y es que la gran nevada pasada limitaba mucho las posibilidades.
lunes, 22 de diciembre de 2008
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La intención es lo que cuenta, da igual el Everest que la azotea.
ResponderEliminarSaludos.
Feliz y Santa Navidad!. Qué lindas cosas hacen ustedes.
ResponderEliminarCecilia,
Es buen sitio una ermita abandonada. En donde haya pobreza, frío, necesidad... hay nace -si le dejamos- el Señor.
ResponderEliminarFeliz Navidad. Besos.
¡Feliz Navidad!
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