Nos confesaba mi hermano Pablo hace tiempo que cuando era pequeño le gustaba la coca-cola hasta que un día, para fastidiarnos a todos, se bebió toda la que había en casa, al muy animal le sentó mal y desde entonces no la soporta.
El hecho de que me venga a la cabeza esta confesión de Pablo tiene una explicación, pero para entenderlo mejor tengo que poneros en antecedentes. Bien, el caso es que algunos en casa tenemos la insoportable habilidad de agotar la paciencia de los demás y encima parecer inocentes, incluso incomprendidos a ojos extraños (Pablo aquí juega en un nivel superior).
¿Y por qué me vino a la cabeza? Pues bien, como todos sabemos hoy es domingo, lo que imagino que no sabéis, o no deberías saber, es que yo los domingos no voy al gimnasio, entre otras cosas porque solo abre por la mañana hasta las 2 y no se ajusta bien a nuestro horario de estudio. Sin embargo, hoy Alfredo y yo (Alfredo es también opositor, compañero de piso y de gimnasio y como un hermano más que vive con Fran Pablo y conmigo, pero con distinto apellido); como iba diciendo Alfredo y yo decidimos probar ir al gimnasio a la 1 del mediodía, pero se no hizo un poco tarde (para que veas madre lo mucho que estudiamos) y llegamos al gimnasio a las 13:20. Cuando entramos y fuimos a dejar los carnets en recepción la buena mujer que allí estaba nos dió a entender, con un pelín de mala educación, que no podíamos entrar porque era tarde; “¿a que hora se cierra?” preguntó muy educadamente Alfredo, la respuesta fue un incomodo silencio seguido de un gesto de cabreo de la señora cogiéndonos los carnets y con una cara que no dejaba lugar a dudas: no le éramos simpáticos. Cuando estábamos entrando nos dijo: “a las 2 fuera”. ¡Qué mal educada! pensé, y la miré muy sonriente y dije: “no se preocupe, a los 2 menos cinco estamos fuera”, si, en mi cabeza la decisión estaba tomada, voy a intentar ser el mejor amigo de los domingos de esa pobre mujer, pues todos los domingos a las 13:20 apareceré por el gimnasio muy sonriente y educado, y así hasta que se gane el cielo; es lo que podríamos llamar “gimnasio de precepto”.
Me imagino lo que pensaréis: "pobre, a lo mejor solo quiere ir a casa para estar con sus hijos, además dijiste que el horario te viene mal…" y tenéis razón pero ¿qué voy a hacer?, vengo con ese defecto de fábrica, me gusta picar…y la mejor explicación está en la coca-cola.
Saludos a todos. Fer.
El hecho de que me venga a la cabeza esta confesión de Pablo tiene una explicación, pero para entenderlo mejor tengo que poneros en antecedentes. Bien, el caso es que algunos en casa tenemos la insoportable habilidad de agotar la paciencia de los demás y encima parecer inocentes, incluso incomprendidos a ojos extraños (Pablo aquí juega en un nivel superior).
¿Y por qué me vino a la cabeza? Pues bien, como todos sabemos hoy es domingo, lo que imagino que no sabéis, o no deberías saber, es que yo los domingos no voy al gimnasio, entre otras cosas porque solo abre por la mañana hasta las 2 y no se ajusta bien a nuestro horario de estudio. Sin embargo, hoy Alfredo y yo (Alfredo es también opositor, compañero de piso y de gimnasio y como un hermano más que vive con Fran Pablo y conmigo, pero con distinto apellido); como iba diciendo Alfredo y yo decidimos probar ir al gimnasio a la 1 del mediodía, pero se no hizo un poco tarde (para que veas madre lo mucho que estudiamos) y llegamos al gimnasio a las 13:20. Cuando entramos y fuimos a dejar los carnets en recepción la buena mujer que allí estaba nos dió a entender, con un pelín de mala educación, que no podíamos entrar porque era tarde; “¿a que hora se cierra?” preguntó muy educadamente Alfredo, la respuesta fue un incomodo silencio seguido de un gesto de cabreo de la señora cogiéndonos los carnets y con una cara que no dejaba lugar a dudas: no le éramos simpáticos. Cuando estábamos entrando nos dijo: “a las 2 fuera”. ¡Qué mal educada! pensé, y la miré muy sonriente y dije: “no se preocupe, a los 2 menos cinco estamos fuera”, si, en mi cabeza la decisión estaba tomada, voy a intentar ser el mejor amigo de los domingos de esa pobre mujer, pues todos los domingos a las 13:20 apareceré por el gimnasio muy sonriente y educado, y así hasta que se gane el cielo; es lo que podríamos llamar “gimnasio de precepto”.
Me imagino lo que pensaréis: "pobre, a lo mejor solo quiere ir a casa para estar con sus hijos, además dijiste que el horario te viene mal…" y tenéis razón pero ¿qué voy a hacer?, vengo con ese defecto de fábrica, me gusta picar…y la mejor explicación está en la coca-cola.
Saludos a todos. Fer.
¿Os imaginais lo que es una casa llena de picones?
Jeje, En cada casa hay un "graciosillo " de ese tipo. Aquí mi Carlos, que desarma al más armado.
ResponderEliminarCada uno es cada uno y tiene sus cadaunadas.
Besos
Por cierto Carlos bebe muchisima Coca cola, a escondidas, porque lo tiene prohibido...
ResponderEliminarUna historia de atracón parecida la tengo con el chocolate... pero no se que tiene, que desgraciadamente no tuvo repercusiones y sigo igual de adicta...
ResponderEliminarUn abrazo
Los picones debe de ser congenito en las familias numerosas. Yo tengo nueve
ResponderEliminarPues yo tengo 5, con el padre incluido!
ResponderEliminarSolo estan para fastidiar, casi todo el tiempo, pero los amo igual con todo mi corazón.
El próximo día a las 13:30 aunque sea a hacer unos abdominales.
ResponderEliminarNo es muy educada esa señora.
Saludos.
¡El padre es el peor!, ha creado escuela. Reconozco que tiene la ventaja de que estás siempre activo. A veces la comida es como un partido de tenis, tienes que estar atento a la bola porque si te pierdes ya no entiendes nada. A ellos les encanta y a mi también, aunque cuando hay invitados que no conocemos advierto ¡cuidado con las bromas! no sea que los invitados no entiendan nada.
ResponderEliminarYo se Fer que Alfredo y tu sois buenos chicos y os portareis bien con esa señora, que seguramente este haciendo un horario mayor del que la corresponde.
María Jesús
Ja ja si creo que es un rasgo de las familias numerosas y además se contagia.
ResponderEliminarLas visitas la tercera vez que vienen a casa se vuelven perores que nosotros.
Qué bueno lo de "gimnasio de precepto" xDD
ResponderEliminarMe apropio de esa expresión yo también jeje es buenísima y se me da en las circunstancias ideales, por "casualidad".
Un abrazo muy grande a todos en los brazos del Señor.
Familia auténticamente MED. (peregrinos en Medjugorje)
Pues en mi casa tambien hay muchos picones, sobre todo los chicos.
ResponderEliminarHe de reconocer que a mi ultimamente me saturan las bromitas, porque ya son muchos los que las hacen. El Pablo de mi casa, !pobre! está en ese momento , en el que se pica a tiempo y a destiempo. O sea horrible.
De la coca cola, no sé si es por fastidiar o no, pero Dios mio
!como tragais! Yo a veces pienso que en el fondo tienen miedo a que otro pueda beber unos sorbitos más que él, o unos trocitos de chocolate o lo que sea.
Un beso y no fasties mcho a la pobre mujer. Aunque viendo ese dón que teneis los jovenes cuando quereis, seguro que termina siendo tu amiga y contandote su vida,y el "precepto" se cnvierte en algo estupendo.
"La insoportable habilidad de agotar la paciencia de los demás y encima parecer inocentes",... juar, juar, juar,... Esto me suena muy familiar.
ResponderEliminarAbrazos y besos.
Hombre, pues yo creo que haces bien, tal vez la señora esté amargada por alguna razón, pero tal vez dentro de unos domingos tenga el aliciente de encontrarse con alguien que la sonrie, le saluda y es amable con ella.
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