Es redonda, en ella me he sentado miles de horas: Comidas, cenas, cumpleaños.... Veladas interminables. En ella se sientan padres que se sentaron de niños, bisabuelos que ya no están. En ella contamos nuestro dia a dia, (reimos más que hablamos) y escuchamos viejas historias de familia. Aquí rezamos.
Esta mesa nos ha librado del aburrimiento, de la incomunicación,... incluso de la TV. En ella me descubro como un eslabón, genealógico, carnal. Luis
Me encanta la «mesa de vuestra casa»!!!!!!
ResponderEliminarLeí en otro blog que la mesa de su casa era su altar domestilo. Una entrada muy chula. Gracias
ResponderEliminarq envidia sana...yo tambien quiero...una mesa asì rodeada d gente sanota...os mereceis lo mejor
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