Papá

Pensé que estos días iba a tener mías tiempo y resulto lo contrario, no he podido ni tocar el ordenador.

No todos los hombres son iguales y tampoco las mujeres, lo que ocurre es que nos entendemos los del mismo sexo por connaturalidad y no entendemos al otro porque, a pesar de lo que nos diga la Aido, ¡SOMOS DIFERENTES!. Es lo divertido porque así nos complementamos y ¡CRECEMOS! y de paso entendemos que nuestra madurez pasa por el otro (en mi caso Luis).

Me encantó tu comentario interruptor, pero tu mujer es mucho mejor que yo, te lo aseguro.

Lamento decirte "historias del metro" que las conductas repetidas tienden a hacerse estables y la comunicación si se deja a su aire ¡tiene un peligro!. Hay que cortar, desde ya, con los hábitos que agreden la vida en común, aprender a leer los mensajes de socorro que quizá se esconden en una actividad desenfrenada o los de cariño ocultos en un "te veo genial" cuando estás para el arrastre. El diálogo es esencial, si el otro no se entera, pues... se le dice, quizá en un principio cueste y cree tensión, pero a la larga resuelve malos entendidos.

En desagravio a Luis os dejo con un regalo que Carmen hizo a su padre y que ya publiqué en el blog, pero me encanta. Y es que Luis es ....... un padre genial.