VALENTIA

Ayer Carmen apareció con un queso, regalo de una amiga suya que pasó varios días en casa durante la Semana Santa.

La conocimos el día que regresábamos de Sevilla y con el barullo del momento la hicimos poco caso, cuando marchó pedí disculpas. Nos comprendía, es la sexta de ocho hermanos y está acostumbrada al movimiento de una familia numerosa. Educada y agradable demostró un excelente humor capaz de soportar las bromas de los cafres de la casa.

Nos contó que los ocho hermanos han nacido por cesárea y que su madre se tuvo que ir a dar la luz a la Clínica Universitaria de Navarra porque en el resto de los hospitales se negaban a atenderla y que aquello fue una suerte porque a su padre, que quedó ciego a los 20 años a raiz de una enfermedad, le ofrecieron en la Clínica someterse a una operación experimental cuando nació ella -la sexta- y recuperó parcialmente la vista.

Su madre conoció a su padre cuando ya estaba ciego. El se dedicó desde el comienzo del matrimonio a la casa, la cocina y atender a los niños y su madre trabaja como maestra fuera de casa.

No les conozco personalmente pero deben "funcionar" de maravilla porque sus frutos son encantadores.

¿Por qué os cuento esto?. Porque a mi me ayuda y me digo: ¿quién dijo miedo?, ¿quién dijo no puedo?.