lunes, 5 de marzo de 2012

LIBERTAD

El viernes fuimos a Pamplona a la fiesta de padres del Colegio Mayor Belagua donde reside Manuel, volvimos el sábado. Pero fue tiempo suficiente para visitar la Universidad y estar con hombres cuyo conocimiento de la naturaleza humana da luces si te acercas con ánimo de aprender.

He vuelto recapacitando sobre el verdadero significado de la libertad, que todos tenemos en potencia pero que solo son capaces de ejercitar los que se poseen realmente.

Vivir libremente me resulta cada vez más difícil. Las circunstancias de la vida, mi infancia, la propia genética y genealogía, me posibilitaron sufrir con alegría y, sin embargo, pasados los años, me estoy "añoñando" y con ello perdiendo entereza y libertad.

Los blandengues, los que advierten que si no te cuidas no te va a cuidar nadie, los que ponen límites a las hazañas propias y de otros, son, con toda su buena intención, servidores de la esclavitud. No son capaces de liberarse de sus cadenas y predican un mundo encadenado a los demás.

Pues no, se acabó, tengo previsto reemprender mi propia lucha, olvidarme de lo que me duele cada día al levantarme y dejar de lamerme las heridas.

Y es que en el fondo vuelvo siempre a lo mismo, si nos empeñamos en mirarnos al ombligo solo vemos un agujero, un punto negro que nos absorbe por completo.

4 comentarios:

  1. Mª Jesús: me gusta y comparto esto que has escrito. Cuando oigo lo de que "si tú no te cuidas, quién lo va a hacer", pienso que cuando se sabe querer, lo único que importa es cuidar, no que te cuiden.

    Por cierto, dudo mucho que con tanta gente como tienes para cuidar y querer tengas tiempo de lamerte las heridas.

    Un abrazo, amiga.

    ResponderEliminar
  2. Yo tambien comparto lo que dices y tambien creo que es más importante y más gratificante dar que recibir.

    Aunque esto último tambien hay que saber hacerlo

    ResponderEliminar
  3. Vaaaleee! Pues me propongo el mismo objetivo. Me gusta seguir tu ejemplo. Un beso!

    ResponderEliminar
  4. Ay amiga, que eso de los lametones a las heridas me suena, y es cierto que cuando te preocupas de los demás se te olvida lo propio.
    Me gustó tu reflexión.
    Un abrazo

    ResponderEliminar