No me entristece la idea de desgastarme poco a poco. Más me preocupa la tendencia a colocarme cual guinda orgullosa encima de la tarta.
Pero lo cierto es que el 17 de octubre fue un día de recuerdos.
El 17 de octubre de hace 21 años acudí al hospital dispuesta a recibir a José. Había salido de cuentas casi dos semanas antes y no convenía esperar más.
El parto se complicó y la cesárea se retrasó demasiado. José vivió solo unos minutos. El corazón se me partió en pedazos, cuando se recompuso no era el mismo, ni por forma ni por contenido, incluso la realidad parecía otra.
Me vestí el camisón nuevo, peiné el cabello enmarañado por un parto extenuante y di gracias por el nacimiento al que había asistido, no solo al de José a la otra vida, sino por el mío propio a una vida con mayor sentido, fue un regalo. Al parecer estaba radiante y es que el dolor es compatible con la alegría.
Como te entiendo querida Jesusilla......
ResponderEliminarUn besito entrañable....
Mª Jesús, no se puede expresar mejor, algo tan profundo...
ResponderEliminarUn abrazo.
Desde donde esté, es seguro que está orgulloso de pertenecer a esa familia tan maravillosa que habéis creado entre tú y Luis.
ResponderEliminarHace 21 años nació un hijo tuyo que existe y te ama, por eso te espera. Supo que lo amaste y que te partió el corazón su partida. Hay hijos que no pueden decir eso, y madres que si sintieron dolor no pueden estar alegres. Hay alegría dentro del dolor también, y para conocerla hay que tener un alma grande.
ResponderEliminarMuchos besos
¡Qué bello!, ¡qué duro...!
ResponderEliminar¡Qué FE!
Un abrazo, amiga
Ay, Mª Jesus!! No se qué decir...
ResponderEliminarEnvidio tu fortaleza y tu fe..
ResponderEliminarJo, Mª Jesús, me has puesto la piel de gallina. Y me has dejado muda.
ResponderEliminarSe lo que es y me admiro de tu fuerza
ResponderEliminarLeí tu entrada hace días, la releo una y otra vez y sé que yo no sería capaz de hablar así, quizás son los 21 años transcurridos, quizás es una clarividencia que yo nunca tendré, en lo que sí te entiendo es en eso que dices quefue tu nacimiento a una nueva manera de vivir.
ResponderEliminarLou
Pues solo te puedo decir que bendito José! un abrazo
ResponderEliminarCierto es que el dolor es compatible con la alegría. Gracias por abrirnos tu corazón para que participemos también de esa experiencia y crezcamos con ella. Ahora que estoy gestando a mi segunda hija no puedo imaginar el dolor, pero sí comprender la alegría de recibir a un nuevo miembro y de celebrar su nacimiento a la vida eterna.
ResponderEliminarUn abrazo.
María Jesús: te admiro y te envidio. Ojalá yo un día pueda tener la fe suficiente como para sonreir cuando el dolor me abofetee de esa manera tan cruel.
ResponderEliminarMe has emocionado. Mucho, muchísimo.
Te abrazo. Mil gracias por tu testimonio.