Lo normal, lo ordinario, suele ser menos atractivo que lo extraordinario, que siempre asociamos a algo maravilloso y exclusivo. Pero lo milagroso siempre es fugaz y pronto te devuelve a la realidad, a la normalidad de donde te sacó.
Mi tendencia es ser más Marta que María, asi y todo, creo en los milagros… A veces… he notado ese reproche para que deje de afanarme y preocuparme por tantas cosas como Marta, y como María, escoja “la mejor parte”. Es entonces cuando sucede el milagro y descubro que a pesar de “lo mucho que hago” lo que mejor sale no se debe a mí. Este milagro me descarga de mi propio peso, de la ley de la gravedad …de mi gravedad.
Es entonces cuando entiendo que el milagro está también en la normalidad y es donde a mí me corresponde vivirlo.
"La oración es el trabajo del alma, y el trabajo es la oración del cuerpo.
Reza consciente de que todo te viene de Dios y trabaja como si todo dependiera de ti...
pero que todo tu trabajo se convierta en oración y que tu oración te cueste trabajo"
La normalidad y la felicidad no tienen por qué estar enfrentadas. De hecho, tus ojos ven muy claramente que tu normalidad, rodeada de tu familia, tu trabajo, tus aficiones y tus sueños está llena de felicidad. Este blog así lo atestigua.
ResponderEliminarBesos.
Nunca olvidaré a un compañero de trabajo lamentarse por la muerte fulminante de uno de sus hijos adolescente por un cáncer.
ResponderEliminarNo dejaba de suspirar de pena años después de aquella desgracia que le tocó vivir. Y siempre decía:
"AY! RUTINA, RUTINA, SIEMPRE NOS ESTAMOS QUEJANDO DE LA RUTINA, HASTA QUE UN DÍA SE ROMPE LA RUTINA, Y COMO DUELE!! BENDITA SEA LA RUTINA".
Yo siempre fui como Marta, pero hará unos 3 años que soy como María.
María escogió la mejor parte, Jesús no se equivoca, pero es que lo he vivido en mi mísmo.
La Madre Teresa de Calcuta decía sorprendentemente que ellas no eran monjas activas, decía que eran CONTEMPLATIVAS!, y es que ellas "ORABAN SU TRABAJO", su trabajo para ellas era oración, además de toda la que hacían cuando les tocaba.
Yo digo también que bendita sea la rutina, que puede ser oración, y que todo lo que se hace con amor, siempre es diferente, siempre es especial.
El AMOR que le ponemos a las cosas es la clave.
No hay rutina en el rosario, ni en la misa, ni en un beso, ni en un abrazo, ni en un amanecer, ni en un baño...amor, siempre todo con amor.
No me imagino a Jesús lamentarse por la rutina de su trabajo de carpintero en 30 años de vida oculta, ni en sus 3 años de vida pública, andando de un lugar a otro sin parar. Lo hacía todo con AMOR.
Compañera!! Hace mucho que no sé de ti, espero que todo vaya mejor que genial.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte a toda la familia!
Que tengas un buen día =)
Te entiendo todo.
ResponderEliminarUn beso