martes, 20 de julio de 2010

El gol que no paramos


Nos hemos acostumbrado a aceptar los valores sobre los que existe consenso como incuestionables, sin juicios de normalidad, sin importar su autenticidad. Es noticia de igual importancia la estupidez de un famoso que un comportamiento heróico, tan loable hacerse la lipo-succión como madurar como persona. Y todos -en más o menos medida-, seguimos el juego: Reímos las gracias a los más frívolos, nos callamos cuando no es el momento Hemos relativizado nuestras más serias creencias incluso justificado a nuestros hijos para mantener una armonía tan frágil como la mentira que sirve de nexo de unión.

Hay mucha gente que se mueve, que organiza la resistencia, que habla claro, que no cede desde el origen, que prefiere quedar sola, que...... eligelavida. (Gracias por los ánimos)

6 comentarios:

  1. Es que es algo muy difícil de controlar, por la propia naturaleza humana, y los que tiran a gol lo saben.

    El hombre, por naturaleza, es lo que se conoce como un animal social. En consonancia con esto, tenemos tendencia a buscar puntos comunes y considerarlos inamovibles para no quedarnos fuera de la sociedad. Los que manejan los hilos lo saben, y utilizan los sistemas de propaganda para dar la imagen de consenso generalizado y de que el que no esté dentro de las ideas que nos “venden” queda fuera. Inconscientemente aceptamos el planteamiento, les “compramos la moto”, y nos meten el gol.

    Muchos estamos en permanente alerta para que esto no nos suceda, especialmente los que tenemos hijos y queremos que se formen como personas con criterio propio, con personalidad, y de hecho nos separamos en muchos aspectos de la mayoría social. Pero como somos humanos, a veces fallamos y nos cuelan un gol.

    De todas formas, cuando nos meten el gol y después nos damos cuenta, hay que rectificar aún a riesgo de ser excluidos y explicar a nuestros hijos que lo habitual no es siempre lo normal, ni lo justo, y que se puede rectificar. Hay que demostrar, a nuestros hijos y a quien nos rodea, que no es tan malo ser “el raro” ni auto-excluirse de las injusticias y los errores por muy consensuados que sean.

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  2. Hemos relativizado nuestras creencias y principios, efectivamente. Muchos cristianos defienden en teoría los valores cristianos, pero eso no se refleja en sus vidas, 'en su actitud política y social', como dice Séneca, en un comentario que da de lleno en el problema.

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  3. Pasa en todos los ámbitos de la vida.
    Resulta más cómodo.
    Y perdemos por goleada.

    Besos.

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  4. Está claro que lo que vende interesa. Lo que no, se deja de lado.
    es por eso que los que tenemos cabeza debemos estar más atentos que nunca o nos lo cuelan...
    Si yo te contara...
    Has oído hablar del programa ( imagino que no lo has visto nunca-yo tampoco) de las mujeres ricas???
    Indescriptible lo que por aquí se cuece.
    Un abrazo

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  5. "Quien calla otorga", y por eso muchas veces no comento. Ahora lo hago en respuesta a vuestro "Gracias", ya que me siento aludido, aun en pensamientos.

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  6. Hay más gente que actúa contracorriente de la que parece aunque nos vendan lo contrario.Además estamos aprendiendo a mostrarnos sin complejos...¡hay que ser optimista!

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