sábado, 1 de mayo de 2010

La Iglesia en medio de la pederastia


"En medio” colocaron a la adúltera sus acusadores. “En medio” se quedó la mujer cuando los acusadores, uno a uno, se escabulleron, dejándola sola con Jesús. “En medio” pusieron a la mujer, pero a quien pretendían comprometer y acusar, a quien de verdad querían poner en medio, era a Jesús (Cfr. Jn 8,1-11).

Hoy, letrados y fariseos han colocado “en medio” al monstruo, al clérigo sorprendido en flagrante delito de pederastia, y no lo han llevado al tribunal competente para juzgarlo conforme a justicia, sino que se lo han llevado a su madre, a la Iglesia, lo han tirado como basura a sus pies, para poner “en medio” a ella, para avergonzarla a ella, para comprometerla y condenarla a ella.

Letrados y fariseos, gente estéril, senos que nunca han conocido la vida ni la ternura, pretenden que una madre condene a su hijo: si no lo condena, no es justa; si lo condena, no es madre.

Letrados y fariseos, arrogantes, soberbios e hipócritas, insisten en preguntar a la madre: “Tú, ¿qué dices?” Preguntan como si ellos fuesen inocentes del crimen que fingen perseguir. Y se lo pregunta a ella, a la Iglesia que, como supo y como pudo, ha intentado siempre educar en el amor y en la virtud a sus hijos. Se lo preguntan a la madre los mismos que han destruido a su hijo: los profetas de la revolución sexual, los que instigan a los niños a masturbarse, los mercaderes de pornografía, los expertos del turismo sexual, los que consideran la prostitución un trabajo y la castidad una aberración.

Hoy la Iglesia, como ayer Jesús, encara a los acusadores con la realidad de sus propias vidas: “El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra”.

Hoy como ayer, la Iglesia como Jesús, habrá de inclinarse para cargar con el peso de sus hijos, con la culpa de sus hijos, con la muerte de sus hijos. Cuando se incorpore, allí, “en medio”, estarán solos ella y sus hijos, con un dolor sin palabras y un amor sin medida.

Carta del Obispo de Tánger sobre los ataques del laicismo a la Iglesia, a la que acusa de pederastia

16 comentarios:

  1. Lo mejor que he leído sobre este dolorosísimo tema. Al obispo de Tánger merece la pena seguirle.

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  2. Leí este mismo texto en el blog del Monasterio del Sancti Spiritu y en el blog "Como en el locutorio" hace unos dias, pero lo volvería a leer una vez y otra, aquí dejo el mismo comentario que puse en los espacios mencionados:
    "No puedo por menos que dar las gracias por este texto que acabo de leer ,me ha conmovido la comparación entre la Iglesia y la Madre y como La Iglesia , como Madre, tendrá una vez más que actuar cargando con el peso de los hijos...
    La batalla que se ha abierto contra la Iglesia esta resultando dura y larga pero no conseguiran sus propositos, la Iglesia permanecerá porque es obra de Dios y nosotros , los que formamos esa Iglesia, los que somos Iglesia lejos de dejarnos amedrentar hemos de dar un paso adelante y ponernos más que nunca al lado de nuestro Santo Padre y de nuestros sacerdotes y religiosos."
    Un saludo.

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  3. Wow, me ha encantado. Alli estaremos sus hijos, con ella y con su dolor.

    Gracias por este post, el Obispo de Tanger lo ha explicado realmente bien.

    Un fuerte abrazo y que Dios os Bendiga, unidos en el mes de Maria y en este sabado bloguero!

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  4. Pienso que los ataques a la Iglesia se basan, no tanto en lo que algunos sacerdotes indignos han hecho, como en lo que ciertos obispos han ocultado mirando para otro lado y no ‘sanando’ la cuestión desde la raíz, que es lo que el Papa está haciendo en estos momentos.

    Para sanar es preciso reconocer el mal realizado, asumir responsabilidades, pedir perdón y poner los medios para que las víctimas tengan paz y estos actos no vuelvan a producirse en el futuro.

    Es cierto que los enemigos de la Iglesia están aprovechando para confundir y atacar con más virulencia, pero el peor ataque es el que viene de aquellos que dentro de la Iglesia, no son fieles al Evangelio que predican.

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  5. Perdonad si os parece mi comentario un poco duro, pero pienso que somos los mismos cristianos los que con nuestra oración y nuestra propia vida, tenemos que cambiar esto, y no esperar a que los enemigos de la Iglesia paren sus ataques que, por otra parte, no tienen nada de nuevo, pues llevan así siglos.

    En estos momentos de crisis lo que se nos pide es mayor santidad, más fidelidad a Cristo.

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  6. Que enfoque mas bueno.Que verdad mas grande.

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  7. Soberbias palabras del obispo de Tanger... ndie estamos libres, siempre pecamos y debemos pagar por el daño hecho y estas personas han hecho muuuuuuuuuucho daño, Mªjesús y la iglesia se ha visto manchada.
    Un besote

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  8. Lo primero es preguntarte cómo estás.
    Y ahora...
    BUENÍSIMA COMPARACIÓN
    y útil en estos días en los que tanto se nos está rebozando con el tema a los católicos.
    Un abrazo

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  9. Suscribo lo que ha comentado eligelavida. Hay que reconocer, asumir, pedir perdón y actuar en consecuencia. Como cualquier institución en este mundo hemos sido, somos y seremos centro de los ataques de algunos, de muchos. Pero no podemos convertirnos en víctimas cuando de lo que se está hablando es del silencio del mucho daño causado por alguno de nuestros hermanos. Seamos más fieles, más verdaderos y aprendamos, de paso, a ser más condescendientes con aquellos a los que ahora les pedimos mesura.

    Un abrazo

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  10. ete tema me duele terriblemente.
    gracias por traernos puntos de vistas lúcidos donde encontrar algo de luz.
    sigue, por favor.

    Y tu, ¿cóm estás, guapa?

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  11. “Si a mi me han perseguido, también a vosotros os perseguirán” ( Jn 15, 20)

    Cuando todo argumento intenta desmoronar la única instición santa del mundo nosotros sólo podemos intentar ser un poco mejores.

    Un abrazo.

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  12. Da en el clavo. Hace falta ser hipócrita (y esta sociedad lo es hasta límites insospechados) para juzgar a la Iglesia entera por una moral de la que la propia Iglesia es la mayor enemiga. ¿O es que acaso la Iglesia ha predicado alguna vez la homosexualidad y la efebofilia/pedofilia? ¿no son más bien los lobbys gays los que están promoviendo estos comportamientos como normales y atacando a la Iglesia porque les dice que esto NO ES NORMAL? ¿en qué quedamos?

    Ahora, cuando cuatro degenerados se salen del camino que lleva trazando la moral cristiana desde el alba de los tiempos y entran en el juego que todos estos intentan presentar a la sociedad como normal, entonces toda la Iglesia entera es lo peor de lo peor. ¡Anda ya por ahí! no se puede ser más HIPÓCRITA.

    Bravo Obispo de Tanger!

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  13. Y se lo pregunta a ella, a la Iglesia que, como supo y como pudo, ha intentado siempre educar en el amor y en la virtud a sus hijos. Se lo preguntan a la madre los mismos que han destruido a su hijo: los profetas de la revolución sexual, los que instigan a los niños a masturbarse, los mercaderes de pornografía, los expertos del turismo sexual, los que consideran la prostitución un trabajo y la castidad una aberración.

    Que la gente no sea capaz de darse cuenta de esto nos da el baremo de peña que habita este pobre mundo.

    Primero nos destruyen y destruyen a nuestros hijos con sus doctrinas podridas y luego vienen los muy fariseos a pedirnos cuentas. Inefable.

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  14. Estoy totalmente de acuerdo con Elige la vida, " Para sanar es preciso reconocer el mal realizado, asumir responsabilidades, pedir perdón y poner los medios para que las víctimas tengan paz y estos actos no vuelvan a producirse en el futuro".
    La Iglesia está obligada a ello precisamente porque es madre.

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  15. Propongo ahogar el mal en abundancia de bien. Quizá una buena manera de empezar sea orando por ellos...

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  16. Esta historia es cierta.
    Cuando se encontraron mi amigo, quizá el más bueno, con uno del pueblo de su padre, le reconoció porque le dijo que era de los mataperros. Le pregunté por qué eso y me contó la anécdota:
    - Nada hubiese trascendido si en el pueblo no supiesen lo que lloró mi abuelo al tener que matar a su perro. Era el más fiel y obediente perro pastor, pero le acusaron de haber matado las ovejas de los vecinos porque habían escuchado su peculiar ladrar y además tenía sangre en los pelos. Al poco de sacrificarle murieron rebaños enteros; lobos!
    Mi amigo me sonrió y comprendí su orgullo, aunque no conoció en persona a su abuelo y apenas ese pueblo.

    La 'Vendetta' aprovecha el delito de uno, para acabar contra toda su familia. Lo peor es que la Sociedad lo ve legítimo; seguramente para limpiar sus pecados y/o deudas!

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