Primero pediros disculpas porque llevo una temporada que visito los blogs a la carrera, sin tiempo para comentar. Afortunadamente no es el tamaño de los problemas lo que me lo impide, sino la cantidad.
El vídeo de la película UP me ha recordado viejos tiempos. Nos casamos sin banquete, sin viaje; Luis con un traje comprado en un almacén al por mayor y yo con el vestido más bonito dentro de los más baratos. Luis con un trabajo recién estrenado y yo opositando.
Sobrevivimos el primer año con poco más de pan y cebolla. Nada auguraba el aluvión de embarazos, niños, proyectos, problemas y soluciones que vendrían después.
Con el tiempo hemos pasado de acomodarnos y soportarnos a querernos, del enamoramiento apasionado, accidentado, al amor sereno, que es capaz de contar hasta 10, 20 o setenta veces siete antes de romper la baraja.
Me temo que dentro de poco mi estómago no aguantará la cebolla que tanto me gusta, así que solo pido pan, pero junto a él.
Cada día ruego a Quien puede concedérmelo que nos permita envejecer juntos, riéndonos de nuestras manías, si es con más mejor, si es con menos pues... entre diez, alguno nos recogerá.
¡Qué bonito Viena! ¡Y qué bonito el amor!
ResponderEliminarTodo lo que cuentas suena tan real, que estoy totalmente enganchada a este blog. Un beso!
ResponderEliminarNosotros también tuvimos una boda muy sencilla con mi marido comenzando a trabajar profesionalmente.
ResponderEliminarOhhhhh Schönbrunn qué recuerdos! yo viví allí cuando estaba enamoradísima, al lado de la Dom que se ve al fondo. Ahora, ¡qué FRIO!
ResponderEliminarYo creo que sólo se puede envejecer al lado de alguien cuando entre los dos está Jesús. Si no, esas manías como tú dices y todo lo demás, es insoportable porque llega un momento que no nos soportamos ni a nosotros mismos.
Vosotros ya lo tenéis claro.
Un abrazo a cada uno.
(Lo del sidecar con Oceánida es auténtico, verdad? se le ocurrió a ella para lo de las romerías moteras, es genial. En serio tenéis uno??? uyuy hay que organizar!)
Claro que si.
ResponderEliminarSerá tal como deseas.
Seguro.
Apostaría con los ojos cerrados.
Os voy a contar un secreto.
Cuando vengo aquí y veo vuestra familia no puedo evitar algo de envidia.
Es una familia maravillosa la vuestra.
Ya sé que habrá momentos de todo, por supuesto que si, pero el resultado es magnífico.
Eso si, esa envidia es de la buena.
Que seáis muy, muy, muy felices.
Besos.
Muchas felicidades, María Jesús, ese amor aguantará lo que le echen.
ResponderEliminarPD/ Yo no te he escrito ningun correo, pero es algo que nos está pasando ya a muchos, hay que tener cuidado por si se trata de virus. Es algo raro porque va con las direcciones exactas. Si te llega alguno con fotos o archivos no lo abras porque seguro que son virus.
En caso de que tuviera que enviarte un correo, te avisaría antes.
Repito, querida amiga; ¡¡Felicidades otra vez !!
Esos son los mejores comienzos.
ResponderEliminarLos míos fueron del estilo, y creo que así aprendemos a valorar...
Bellos propósitos los tuyos, amiga,
ojalá se cumplan...
Un besazo
Sinceramente la cebolla no me gusta XD
ResponderEliminarPor cierto, cuando escribes así me acuerdo de aquella entrada que me llenó de verdad "SER MUJER" está no se desvía mucho.
Un besín!
Ha merecido la pena comer pan y cebolla mirando atrás: Qué casa chulada tenéis!
ResponderEliminarque afrotunados sois.
ResponderEliminarla mayoria no tenemos la suerte de contar con un compañero de viaje con quien compartir ni el pan ni la cebolla!
¡Pues me pillas buena para hablar del matrimonio! Si yo te contara...nada que tú (vosotros) no sepas (sepáis), de eso, estoy segura.
ResponderEliminarRemontándome a la Era Cuaternaria...Yo cuando me casé lo tenía clarísimo, aunque es verdad que la película no se pareció nada a la realidad y tuvimos muchos problemas de distinta índole...sin Jesús en medio, creo que habría sido imposible sobrevivir aquellos primeros años, pero bueno...como lo es ahora.
Yo estoy en una etapa distinta a la vuestra, me veo, no en el principio, pero casi...Los agobios me hacen mirar mucho al pasado con nostalgia y a un futuro en que recuperar momentos y proyectos, también. Lo sueño muchas veces, pero lo veo lejanísimo, tanto, que ni lo veo.
En el presente, que es lo único que realmente hay, la vida del matrimonio, es, ciertamente complicada...pero sé que es una etapa en la que los hijos, el trabajo y las obligaciones absorben el 99% del tiempo y la energía, pero sé que pasará, como todo...así que intento vivirla con cierta paz y disfurtarla sin dejarme llevar demasiado por la emotividad y, eso sí, currándomelo mucho y haciendo de tripas corazón mil veces, porque en el matrimonio...hay que currar a tope.
Eso si, yo soy pura emotividad...mi marido puro pragmatismo..jajaja, ¿cómo se come eso? En nuestro caso, como en la ensalada...con mucho aceite del rico, un punto de sal y pimienta y vinagre, poquito.
Besazos
Precioso.
ResponderEliminarGracias.
que lindo, los felicito!!
ResponderEliminary cómo haces con tu carácter? alguna vez has comentado que tienes un carácter fuerte...
ResponderEliminary cómo hace Luis con él? (con el tuyo, digo, suponiendo que el suyo sea más tranquilo)...
me refiero a esas situaciones en las que uno puede explotar... ¿cómo seguir respetándose cuando estrangularías a tu cónyuge?
¡Hola, hola! Escribo emocionadísimo: aquí al frente de mí esta la novia querida. Le leí el post. Y está emocionadísima igual que yo. Me dice que les diga: "Diles que qué bonito. Que estoy emocionada. Que yo también tengo anhelos. Que quiero tener muchos hijitos... pero que soy muy flaquita. Además, ¡así quién no!: ¡ella empezó a tener hijos diez años antes que yo! ¡Así cualquiera! [es que sacó la cuenta de a qué edad se casaron ustedes, sorry!]. Solo que yo a esa edad tenía la cabeza en otro lado, ¡qué iba a estar pensando en matrimonio! Eso es lo rescatable: que ahora sí pienso en él, y gracias a Dios que muy bien: ahora sí estoy lista. Pero no sé si pueda tener tantos hijitos... ¡me van a consumir todo! En fin, que me diga cómo hacer para tener esperanza en que sea lo que Dios quiera".
ResponderEliminar¡Ya está, ya lo escribimos! Gracias por compartirnos pedacitos de su vida.
Pues yo me siento muy identificado con vosotros. Entiendo muchas de ls experiencias que cuentas, aunque descubro que voy por detrás. Creo que todavía estoy con el pan y cebolla. Y como dice Guerrera sin Jesús yo creo que otro gallo cantaría. Un abrazo
ResponderEliminarY si no, siempre quedará Málaga:)
ResponderEliminarHace días que los leo, pero no escribo ni en mi blog, ni comentarios en los otros... me falta tiempo, o tal vez organización... (seguro lo segundo)
ResponderEliminarUn abrazo,
Andrea