Han pasado poco más de dos años y mi vida, desde que confirmé que estaba embarazada, ha experimentado un cambio vertiginoso. En principio, el mundo se me vino encima, mis planes de futuro se desmoronaron. Todo eran dudas ¿cómo iba a decirlo en casa?, soy la segunda de diez hermanos y me preocupaba el mal ejemplo que daba a los pequeños. Cursaba 5º de Ingeniería Industrial y busqué apoyo en mis compañeros, pero mi angustia aumentaba con sus comentarios: con un niño no iba a terminar la carrera, no iba a encontrar trabajo, mis padres me darían la espalda, la solución que me proponían era abortar, me ofrecían dinero, nadie se enteraría. El círculo se iba cerrando y yo me ahogaba, no quería matar a mi hijo. Había vivido con ilusión los embarazos de mi madre desde el primer día y no me convencían sus argumentos, aquellas células eran una vida humana, eran mi hijo. Me di cuenta de que cinco años de noviazgo se esfumaban y que tendría que asumir yo sola la responsabilidad de mi hijo. Necesitaba ayuda para seguir adelante y se lo conté muy pronto a mi madre. Una de mis mayores sorpresas fue que quienes pensé que me iban a apoyar me rechazaron y, en cambio, me ayudaron no solo mis padres y mis hermanos, que ya lo esperaba, sino también muchos amigos suyos y la directora y compañeras de la residencia de Oscus donde vivia desde hacia unos meses. Mi preocupación era ilusionarme con mi hijo. Enseñé una ecografía de las primeras semanas a los que me aconsejaban abortar, se notaban sus bracitos, sus piernecitas, pero ellos no miraban porque no querían ver, si no tenía sentimientos –decían- daba igual matarle. Eran ellos los incapaces de sentir nada, de emocionarse ante una nueva vida, yo lo iba logrando poco a poco, a pesar del miedo.
Cuando tuve a mi niña entre mis brazos me di cuenta de que tenía que esforzarme porque su futuro dependía de mí. Cuando Elena tenía cuatro meses empecé a trabajar de programadora y terminé Ingeniería Superior. Elena está rodeada de cariño y llena de risas mi vida. Con dieciocho meses habla a media lengua y mientras escribo estas líneas corre con mis hermanos contando hasta ocho y diciendo: “toca a mí”. Es cierto que me gustaría formar una familia con muchos hijos pero no le doy vueltas a la cabeza porque, de momento, mi futuro es mi hija y vivo para ella.
Fdo: Isabel Roa
Jo.
ResponderEliminarMe has emocionado.
Besos.
Bravo!!
ResponderEliminarYo tb tengo la lágrima a medio caer, x la valentía demstrada.
Mucho ánimo! Bss
Fuiste muy valiente y supongo que serás consciente de que tus padres también.
ResponderEliminarLa vida es muy larga y te tiene preparados muchos momentos de alegría como los que vives cuando ves a Elena.
Tiene mucha suerte tu hija de tenerte a su lado.
Gracias por el testimonio...
olé.
ResponderEliminarLa vida siempre es apuesta firme. Diste vida y la vida te da con creces; la sonrisa y felicidad de tu niña.
Un beso
Isabel, ¡menudo testimonio! Eres digna hija de tu madre que sabe como contar las cosas y van... directas al mentón! Bueno, mil gracias por este relato y felicidades a Elena por su madre. Un beso!
ResponderEliminarTienes toda la razón...los hijos son el motor que nos mueve día a día...lo que nos dá fuerzas para levantarnos cada mañana...que pena m edan los que no experimentan ese amor!
ResponderEliminarCuanta ternura!
ResponderEliminarMi emoción te presenta
toda mi admiración y respeto,
enhorabuena!
besos
Jo qué bonito... Me encanta escuchar estas cosas, sobre todo cuando estoy a punto de tener una sobrina.
ResponderEliminarPara que luego se mencione la palabra aborto... En fin.
Edurne.
Y el regalo mas bonito que la vida te pueda dar.
ResponderEliminarTe felicito.
También me he emocionado.
Besos.
Isabel: ¡Felicidades por tu valentía! Espero que sirva de ejemplo a muchos.
ResponderEliminarson las ocho menos diez de la mañana en un málaga lluvioso... estoy llorando no de tristeza sino de saber qu hay gente joven que da la cara. con una madre como la tuya, no cabía esperar otra cosa.
ResponderEliminargracias por compartir esta experiencia tan humanamente grande
un besazo para ti y para tus padres
Isabel, eres un ejemplo de esperanza para otras muchas chicas que se encuentran en identica situación que tú hace dos años. Tu testimonio debería recorrer periódicos, conferencias, institutos...etc
ResponderEliminarFelicidades por tu decisión de asumir tu responsabilidad, que ya ves, ahora se traduce en vida y en alegría.
Un abrazo
Luisa
Tu hija dice "toca a mí" y es verdad. A ella le ha tocado una madre como tú, y es para estar contenta.
ResponderEliminarFelicidades, Isabel.
Precioso testimonio y valiente decisón la tuya.
ResponderEliminarQuizás todo se lo debas a la educación que recibiste. En casos como este es cuando los cimientos si son fuertes, sujetan perfectamente la estructura.
Enhorabuena por tu ejemplo de vida.
Un abrazo Isabel
Es curioso cómo lo que en un principio comenzó casi como una pesadilla, de miedo y soledad, ha acabado siendo una historia maravillosa. Quizá porque te fiaste de la vida, apostaste por un camino más difícil (aparentemente), y dijiste que ibas a por todas. La vida te ha devuelto con creces la felicidad que tú creíste que perdías, afrontando la maternidad a solas. Es para estar orgullosa,tienes un bebé precioso y la vida seguirá dándote buenas sorpresas como ésta, porque te has puesto de su lado.
ResponderEliminarenhorabuena, chapó!!!
ResponderEliminarNo sé bien qué escribirte. Enhorabuena. Muchos ánimos, ya tienes una familia estupenda, de arriba a abajo, de la menor a todos los demás. Y claro que le va a tocar a ella, y a ti, y que la vida os aguarda con cosas preciosas. Y algo más importante, has demostrado que eres ya una madre, y suena que estupenda, eso que hasta para las que "seguimos el camino correcto" (si es que eso existe) es tan difícil cada día.
ResponderEliminarYo he llorado...
ResponderEliminarQuerida Isabel, un abrazo muy fuerte. Hace mucho tiempo que rezo por ti, te tengo ahí abajo en el lateral de mi blog desde que me lo pidió tu madre. En "Madre, ruega especialmente por..." y debajo de la imagen pone: por Isabel. Ahí estás desde hace casi dos años, siempre te he tenido.
Tu niña es de enamorarse.
Enhorabuena por todo y muchas gracias, preciosa!
Sin palabras. El ejemplo, es lo que más nos enseña.
ResponderEliminarUn saludo.
Isabel, es de agradecer tu valiente testimonio que hará bien a mucha gente.
ResponderEliminarMe alegra mucho leerte, Isabel. Y me alegra doblemente por lo que nos cuentas.
ResponderEliminarQue Dios te bendiga.
Que suerte tener gente a tu alrededor que si supieron ayudarte a tomar la decisión más dificil en ese momento. Y que maravilla tener la inteligencia y el corazón de saber elegir a quien escuchar sin dejar que el miedo te cegara. Imagina lo distintos que hubiesen sido tus sentimientos hoy día de haber elegido la otra opción.
ResponderEliminarTu hija es un regalo, el mío llegó en las mismas circunstancias y no concibo la vida sin el, pero sé que sin duda alguna hubiera sido más triste, mas vacía y más absurda.
Un abrazo
¡Bravo!
ResponderEliminarQue Dios os bendiga
Por experiencia propia, te puedo decir que Dios se sirve de situaciones difíciles, para demostrar que el bien existe a pesar de nosotros...
ResponderEliminarA veces escogemos un camino equivocado, pero los héroes (y los santos) no son los que nunca cayeron, sino los que siempre se levantaron!
Mucho ánimo, que mientras los hijos crecen, la cosa se pone más difícil, pero con Dios de nuestro lado, no hay nada imposible!
Un abrazo!
Gracias Isabel por tu testimonio!! Ya me había emocionado al terminar de leerte y más cuando ví lo de Guerrera :-) Había visto la intención en su blog, ahora q sé para quien era, que decir... me da mucha alegría!!!!!!
ResponderEliminarConozco varios casos parecidos al tuyo, gracias a Dios acá en Argentina todavía es la primera opción la que gana, la de la vida, y es así como lo que contás, lo que al principio parece tan difícil de afrontar luego con la ayuda de Dios, todo se va acomodando y esa nueva vida es lo que más querés! Jamás ninguna madre se arrepiente de haber tenido a su hijo!!! Si ser madre es lo mas lindo que nos puede pasar!
Tu chiquita es preciosa, un regalazo de Dios!
Besos para todos!
De todas las veces que he leido el blog de tu madre, nunca he comentado nada, pero hoy creo que tengo que hacerlo, todo lo que comentan es verdad, eres valiente y soy la primera que se que te esperan muchas mas cosas buenas en esta vida, pero ademas eres una persona genial y tengo mucha suerte de que seas mi amiga porque me has enseñado muchas cosas en estos dos años que hace 8 cuando nos conocimos nunca lo hubiese pensado.
ResponderEliminarUn beso
Que si quieres arroz, Catalina.
ResponderEliminarQué testimonio más auténtico.
GRACIAS!!! por compartirlo y arrancarle una sonrisa a este costipao que llevo...
Voy por turnos, esta tarde he leído la entrada anterior, y ahora esta, y lo cierto, es que cada vez que entro en este blog, me da fuerzas para continuar.
ResponderEliminarCada vez estoy más convencido de que en esta familia sois unos fenómenos... Tu madre, tu primo Nacho, tú, tu hija....
Un fuerte abrazo
Isabel, he releido tu entrada.
ResponderEliminarVuelvo a emocionarme.
Si puediéramos ver el futuro, de cuantas angustias nos libraríamos ¿verdad? Si cuando te sentías encerrada en el problema hubieras visto por un minuto tu momento actual no hubieras tenido ni la minima duda.
Pues igual con tu futuro ahora, a cada día su afán, como tu dices sin angustiarte, ahora haciendo lo que debes...que por ese camino seguro que llegarán cosas fantásticas en tu futuro.
De momento, esa Elenilla tuya está para comèrsela!
Un hijo es la continuación de nuestra vida. La fuerza que nos queda a los humanos, para que el mundo de los sentimientos no sea arrasado
ResponderEliminarUn hijo es, como la lluvia para un campo seco...
Felicidades por tu decisión
M.R.
Son lo mejor que nos ha ocurrido y que nos ocurrirá jamás. Dan igual las circunstancias, esas se olvidan... pero ah... esos ojos!!!!
ResponderEliminar"Toca a mí"... y detrás de esas palabras, todo un mundo por descubrir. Enhorabuena!!!!
Me has emocionado mucho. Un abrazo muyyyyy fuerte desde aquí al ladito.
;)
Gracias, Isabel por tu testimonio, hará mucho bien a muchas madres.
ResponderEliminarJolines Isabel, me has hecho que se me salten las lágrimas y se me encoja el corazón, ha sido un acto muy valiente, dar tu testimonio, testimonio que puede ayudar seguro y de hecho lo va a hacer a tantas personas y tantas familias que puedan verse en la misma situación, no sabemos que nos deparará el futuro, pero muchas veces, estas cosas te hacen crecer y mucho. Yo también lo digo por experiencia, pues también me he llevado yo mis tortazos. Cuando una luz, te guía el camino, si eres capaz de ser valiente y seguirla aunque algunos no lo entiendan, al final encuentras la felicidad.
ResponderEliminarTuve la suerte de compartir con vosotros un día en Chiclana este verano, me encantó, la niña es para comersela y tú te mereces todo lo mejor, y lo estás cosechando, pero recuerda, aún te quedan cosas preciosas por vivir, no te quepa la menor duda.
Un abrazo grandísimo y un beso más aún de esta gaditana que os echa mucho de menos.
Anaroski.
Gracias Isabel.
ResponderEliminarGracias por la vida entregada, por tu valentía y fortaleza. Gracias por decir SI en un mundo de "noes".
Gracias Isabel por ser ejemplo de una juventud que sabe afrontar los momentos bajos de la vida.
Gracias Mª Jesús, gracias Luis. Gracias por formar una familia en la que se asumen responsabilidades y se da acogida a las adversidades respetando los momentos de cada cual.
Un abrazo, emocionado, desde este rinconcito.
Que bonito....me has alegrado el dia.
ResponderEliminarMe emocionaste!
ResponderEliminarEnhorabuena a toda la familia!