SE ACABO EL DESCANSO

Hemos despedido el año en familia en un balneario de Galicia. Me he relajado tanto que esta mañana cuando he puesto el desayuno en el microondas se me olvidó dar al botón de arranque; me tendré que poner las pilas porque quedan días muy intensos.

Comprobé en la piscina lo diferentes que son mis hijos de sus primos, pero que bien se entienden al hablar el mismo idioma. Reconocen de igual modo las virtudes como valores y lo malo como vergonzoso….quizá algunos pasen momentos malos, pero se aprecia el tirón de esa genealogía que –hoy más que nunca- es garantía de felicidad.

Volvimos ayer y hoy fui al mercadillo a comprar los últimos reyes, me entretuve hablando con una chica de unos 30 años que vendía artesanía india. Hablamos de bisutería, de ropa, de niños, de amor, de proyectos... terminamos dándonos el móvil y el correo electrónico. Mañana volveré a verla a darle ideas para ropa de niños. Me regaló un Buda de la abundancia, (¿más abundancia?), Volví a casa dándole vueltas a como es posible que siendo las dos de culturas tan diferentes tuviésemos algo tan común, tan firme …

Y... volví a pensar en ese lenguaje que supera los tiempos, las culturas y esa torre de Babel que hoy pone en peligro la relación entre los más próximos.