Coraje

Veo tu risita reprimida, pero estudiada, para dejar asomar una expresión de indulgencia. Mis expectativas sobre la peregrinación a Medjugorje, la “ingenuidad” de sus planteamientos te hacen sentirte superior. Y noto tu satisfacción por haber “superado esas creencias infantiles", por “tener los pies en el suelo”, … por “saber lo que es la vida”.

Me siento herida y me da ganas de mostrate lo que has conseguido “superando las creencias infantiles", que veas cual es el suelo que realmente tienes bajo los pies, y que montón de prejuicios (casi todos ajenos) constituyen tu saber sobre la vida. Pero no es lo adecuado. Solo puedo invitarte a que vengas y veas… tu misma.

Y, desde luego, aceptar tu indulgencia, para permitirme estar contigo, detrás de ti.