¡QUE NOCHECITAS!

Hace unos días vimos la película de “Los mundos de Coraline”, apta para todos los públicos pero que consiguió que Ana durante varias noches viniese a nuestra cama con miedo.

Ya sé que no es educativo, pero no puedo dormir sabiendo que un pequeño está pasando miedo y además ya solo Ana hace incursiones a nuestra cama…. han pasado los tiempos en que Luis y yo llegamos a pensar en una habitación llena de colchones

Esta noche ha sido distinta. Luisín es el más delicado de salud y todos sus catarros terminan en bronquitis asmática. Se acostó con el ventolín y cuando a las 4 de la madrugada oyó a Elenita llorar y a Isabel calmarla aprovechó para decir que se ahogaba. Con agitación comprobamos que el ventolín no le hacía efecto, fueron unos segundos angustiosos hasta que nos dimos cuenta de que el broncodilatador se había agotado y le dimos otro. Cuando preguntamos por qué no nos había avisado antes, con su carita de ángel dijo que no quería despertarnos y estaba esperando a que se levantara alguien.

Necesito pocas horas de sueño para reponerme, no sé si es cuestión de naturaleza o de haber oido siempre a mi madre que a mi con unas horas me bastaba. Y es que en cierta medida tenemos las virtudes y defectos que nuestros padres nos atribuyen. Gracias mamá.