La tía está otra vez en el hospital. La operación fue un éxito pero parece que es frecuente en este tipo de intervenciones que falle el riñón y la han tenido que ingresar nuavemente. Espero que no tarde mucho en reponerse porque está sufriendo más que por el riñón por el trastorno que está ocasionando en la vida de los más próximos.
Creo que a mí me va a costar, veo que es fácil que se mezcle el no querer ser una carga con cierto orgullo ante tener que serlo.
Pero no es el caso de la tia, de verdad, que habiendo tenido siempre una actitud de servicio no está acostumbrada a ser servida pero observándola con detalle he descubierto que, cuando la situación lo requiere, aceptar ser servido es la forma más selecta de servir, es enseñar a aceptar el don, y aceptar el don, admitir
Es cierto, hay que mentalizarse desde ya, no es bueno darse siempre y no estar dispuesto a recibir.
ResponderEliminarToda una lección.
Mimadla y que se recupere pronto :)
Besos
A veces nos cuesta renunciar a llevar la batuta y a veces, también, es orgullo pensar que somos imprescindibles.
ResponderEliminarPues eso de todo se aprende, hasta de la enfermedad.Bss
Pues sí Maria Jesús, hay que ser muy humilde para dejarse servir. Lo otro, el "yo no quiero molestar" francamente produce intranquilidad y esconde soberbia.
ResponderEliminarOye, un beso grande, díselo a la tía de mi parte.
Luisa
Que se mejore pronto.
ResponderEliminarEs todo un ejemplo.
Besos.
Vaya...espero que se recupere pronto. Un abrazo.
ResponderEliminarSabias palabras. Ojalá las recordemos cuando el caso lo requiera....
ResponderEliminarCuando uno se enferma, lo más sabio que he oído es hacer como que uno fuera "una cosa" y dejar hacer lo que sea necesario.
Un abrazo
Que pronto se ponga bien.
ResponderEliminarAbracito para ella.
Besos familia.
Que linda esa foto.
QUÉ BELLO POST!!
ResponderEliminarYo no se si es más humildad servir o dejarse ser servido.
Yo tengo una abuela en el cielo, mi adorada. Ella fué una auténtica matriarca. Se quedó viuda con 27 años y no sólo sacó espléndidamente adelante a sus tres hijas sino también a todas sus hermanas pequeñas (bueno eran cinco). Se las llevó a vivir con ella a Bilbao y las sirvió incansablemente trabajando para ellas como una descosida, les dió de comer a todas, las puso a estudiar y a trabajar, les dió un futuro. Ella era la jefa de la familia, pues también sus padres habían fallecido.
Hacia el final de su vida, con 85 años se puso muy enferma y requería atenciones constantes, por lo que entre mi madre y mis tías se turnaban para cuidarla y jamás estuvo sola en ningún momento hasta su muerte, que murió rodeada de todos sus nietos y por supuestísimo de sus hijas, que la adoraban. Todos la adorábamos.
Yo un día le dije: "Abueli, qué suerte tienes, cómo te cuidan mamá y las tías..." y ella (que aún enferma, con máquinas de oxígeno conectadas las 24 horas, inyecciones, pastillas, y en la cama, seguía siendo un volcán en erupción) me contestó: Pero bueno niña, qué te crees!! ESTÁN PARA ESO. Y me dejó helada. Pensaba que en ese momento se iba a arrancar los tubos, de lo OBVIO que le parecía que se desviviesen por ella. Jajajajajaja...
Sirvió durante toda su vida y cuando llegó el momento, se dejó servir sin complejos ni cargos de conciencia. Mi abuela, la mujer de la que más he aprendido en mi vida. No tengo palabras cuando me pongo a hablar de ella.
Un abrazo a todos. Sigo rezando por la tía.
Dioss! os he invadido.
ResponderEliminarBuenos días preciosa... el marido de una de mis amigas, después de la operación de corazón, tuvo que volver por una pequeñita complicación, pero no pasa nada.
ResponderEliminar... Y siempre me dejas pensando que "tu diario" el bien que hace a muchas personas; no lo abandones MªJesús.
besotes
No somos imprescindibles. Cuando educamos a nuestros hijos, les enseñamos a ser agradecidos con lo que reciben. Pues lo mismo nosotros. Es tan importante aprender a recibir, como aprender a dar. Es un ejercicio de humildad. Me encantaría conocer a vuestra tía. La recuerdo todos los días. Un beso para ella.
ResponderEliminarQue forma mas maravillosa de explicarlo. Mª Jesús, tienes un alma privilegiada...
ResponderEliminarUn abrazo a la tía, ojala estos días pasen rapidito y de nuevo pueda dedicarse a ayudaros ella a vosotros.
es una gran prueba de humildad dejare servir cuando lascircustancias lo piden.
ResponderEliminarQue sepamos hacerlo cuando sea necesario.
Con afecto
Creo que la tia tiene el don de la sabiduría pues siempre sabe estar en su sitio, cuando puede da, cuando no, se deja. Su gran corazón resistirá. Seguro que tiene más dones pero ahora le toca recuperarse y dejarse querer.
ResponderEliminarMe hace gracia porque hoy mismo pensaba que si llego a viejita no quiero ser un estorbo para los demás, y mira tu por donde me encuentro con esta reflexión por la tia,entonces he pensado y sé que si llega el momento será por supuesto lo que Dios quiera pero si no puedo por mi misma, tendré que aceptarlo y dejarme cuidar.Gracias a tu tia he aprendido rapidamente una bonita lección de humildad y amor.
Rezo por la tia y besos a todos.Ah!!!!y feliz cumple de la peque de la casa o no sé si decir mejor de la reina de la casa, je, je....FELICIDADES
Paloma
Espero que la tía se recupere cuanto antes y vuelva a la carga con las fuerzas renovadas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Yo soy como tu, me encanta ayudar a los demás pero luego me cuesta mucho aceptar ayuda cuando lo necesito.
ResponderEliminarEspero que ya esté mejor la tía. Ya nos contarás.
Besos