martes, 19 de mayo de 2009

Maternidad


El feminismo nació a mediados del siglo XIX para denunciar la situación de injusticia y discriminación que sufría la mujer. Sus postulados de igualdad de oportunidades laborales, educativas, sanitarias, políticas deben ser hoy mantenidos y defendidos en aquellos paises donde aún no se cumplen y extendidos no solo a las mujeres sino a los niños y a los varones que sufren un trato vejatorio por cualquier motivo. Pero el desenfoque de aquellas primeras feministas fue el entender que lo que esclaviza a la mujer es la familia. La organización patriarcal de la familia del momento en que surgió el feminismo determinó un sometimiento de la mujer al dominio del hombre, pero lo esclavizante era aquella estructura de dominio y no la familia en sí.

El error del movimiento feminista ha sido tomar como modelo al hombre, al varón, y proponer a la mujer renunciar a ser ella misma, a su maternidad, a su entrega en la familia. Después de tantos años de lucha, de tan buenos comienzos, el desenfoque del feminismo ha convertido a la mujer en una esclava distinta. La mujer con la ayuda de la ciencia se ha liberado de su maternidad, pero la historia de muchas mujeres, no la teórica sino la real, nos revela que la mujer, muchas mujeres, se han convertido en objeto de consumo, cierto es que consumidas en ocasiones por ellas mismas; eso ¿hace mas libre o más esclavo?.

El auténtico feminismo, el que propongo, es el de la igualdad de derechos y oportunidades, que responde a la igual dignidad de las personas, sean varón o mujer, pero reconociendo la peculiaridad propia de cada uno, en este caso de la mujer, su capacidad de entrega a los hijos, su insustituible papel de educadora, el reconocimiento y la valoración de la maternidad en la sociedad actual, tan necesitada de madres.

Una vez demostrado que damos la talla según la medida de los hombres, que nuestra feminidad no obstaculiza acometer grandes empresas en el mundo laboral, político, científico, etc., que ese mundo también es nuestro mundo, vamos a ver si somos capaces de humanizarlo y de dar la talla a la medida de las mujeres. Renunciar a la maternidad, considerarla esclavizante es tremendamente machista y denigrante como mujer.

Trabajo con hombres y con mujeres, tengo hijos e hijas y he experimentado a través de 51 años de vida que cada persona es distinta, idéntica solo a sí misma, pero las mujeres, por lo general, somos mas intuitivas, capaces de reconocer y entender a las personas y, por ello, mas proclives a la entrega porque para querer hay que conocer. El corazón de madre se revela no solo en las mujeres que hemos tenido hijos sino también en todas aquellas que acogen maternalmente a los hijos de los demás en una actitud de entrega que tiene aureola de heroicidad, a las que admiro profundamente.
Nuestra misión en el mundo es humanizar, también la del hombre, por supuesto, pero cada uno según su propia peculiaridad, sus capacidades, su ser, modalizado en su naturaleza masculina o femenina.

Reconocer el valor de la maternidad y exigir que se respete es nuestro reto, de hombres y mujeres.




17 comentarios:

  1. Da gusto encontrarse con opiniones tan acertadas y despojadas de los cliches sociales y televisivos que nos intentan imponer.

    ResponderEliminar
  2. El otro día el Santo Padre en Tierra Santa habló ante 40.000 personas de la dignidad de la mujer y nos ha dicho tres cosas divinas en una joya de discurso que no tiene desperdicio.

    LAS TRES MISIONES DE LA MUJER EN EL MUNDO DE HOY:

    1. Portadoras de amor

    2. Maestras de misericordia

    3. Constructoras de la paz

    Nos ha dicho que debemos ser "comunicadoras de calor y humanidad en un mundo que con frecuencia juzga el valor de la persona con criterios de explotación y provecho".

    Y por supuesto,sigue de completa actualidad la Encíclica "Mulieris dignitatem" de JPII: una periodista comunista que tuvo que hacer un resumen, dijo que era lo mejor que había leído sobre la mujer en toda su vida.

    Si es que el gran problema de nuestro mundo es que no se lee... no se lee.


    Un abrazo grande.

    ResponderEliminar
  3. Yo quiero que las mujeres dirijan el mundo, y no es un peloteo halagador ni nada parecido, sólo hay que ver el mundo que hemso construido los hombres.

    Seguro que las mujeres lo mejorarían.

    Besos.

    ResponderEliminar
  4. Estoy muy de acuerdo con vuestras opiniones, me encanta encontrar gente que piensa como yo, y tambien lo que el Papa ha dicho en Israel, yo estuve el año pasado con mi marido y grupo de personas, muy importantes en mi vida, con las que comparto la fe.He descubierto este blog buscando información para hacer el Camino de SAntiago en familia y he decidido hacerlo despues de ver a Mª Jesus y su familia. Nosotros formamos una familia de ocho, las pequeñas tienen dos y cinco años. Bueno el caso es que me gustaría que Mº Jesus se pusiera en contacto conmigo para poder hacerle algunas preguntas prácticas, le estaría muy agradecida. Mi correo es anamalu691@gmail.com

    ResponderEliminar
  5. ¡Muy bien escrito! Gracias por poner en la palabras tan claras una verdad tan contundente e ignorada.

    Saludos

    ResponderEliminar
  6. Me encanta esta frase tuya "Renunciar a la maternidad, considerarla esclavizante es tremendamente machista y denigrante como mujer."

    Y esta del artículo:
    la experiencia maternal conlleva asumir responsabilidades y nuevas exigencias, añadió, "propicia un desarrollo personal inaudito y ofrece a la mujer una energía y una plenitud inauditas.

    Ahí está el quid, según mi modo de ver: que una mujer por el simple hecho de ser madre crece como persona; y que considerar la maternidad como una esclavitud es renunciar a ese crecimiento, a ese superarse, a ser esa mejor persona que puede llegar a ser.

    Por contra, considerar que llegar a la cima en lo profesional es superior a la maternidad... ni por asomo. En lo profesional te puedes volver un depredador respecto a tus competidores. Las madres nunca adoptan una posición egoista de cara a su trabajo de madres. Se caracterizan por ver siempre lo bueno de los hijos, es decir, aceptarles pase lo que pase, hagan lo que hagan. Esperar siempre.

    Yo no soy madre, no me estoy echando flores, pero lo veo. Lo veo y me admiro. Aunque reconozco que ha calado en mí el miedo a los hijos. Pero... ¿para qué están los miedos?: para superarlos.

    ResponderEliminar
  7. Sois claros como el agua clara y más transparentes que el cristal.
    Un lujo en la red poder leeros.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  8. No estoy nada de acuerdo con el feminismo, la mujer y el hombre son distintos y a cada uno le corresponde luchar desde el lugar que ocupa, eso no quita que podemos hacer las mismas cosas.
    La mujer nunca debe perder su lugar de femina y desde ahi construir.
    Y ser madre es lo mas maravilloso que me ha regalado la vida.

    Besos.

    ResponderEliminar
  9. Hace no tantos años, la mujer era considerada poco superior a los animales. La famosa “igualdad” de la Revolución Francesa, ni siquiera le otorgaba el derecho de ser ciudadana. Por supuesto, la educación estaba reservada para las inteligencias masculinas, y todo eso tenía que cambiar. Pero desgraciadamente el cambio no ha beneficiado precisamente a la mujer. Nada más machista que este supuesto feminismo que vivimos ahora. Incitar a la mujer a deshacerse de su hijo, es machismo. Despreciar la maternidad, es machismo. Parece que nos cuesta encontrar el equilibrio…

    ResponderEliminar
  10. La mujer engrandecida por la maternidad; la mujer discriminada por la maternidad...
    La mujer sexo débil, pero ta fuerte...
    Creo que somos el ser más complejo del universo, y lo digo con orgullo.
    Me encanta que me hagan pensar, y tú lo haces a menudo
    Gracias!
    Besos

    ResponderEliminar
  11. Mª Jesús, simplemente EXACTO.

    La supuesta liberación femenina ha resultado el timo de la estampita.

    A mi me resulta insutante el cliché que se nos impone a las mujeres hoy, y denigrante por ejemplo, que no se valore la labor fundamental de la madre.

    ResponderEliminar
  12. Es un auténtico lujo leeros, y este post se merece que lo lea muchísima gente confundida. Por mi parte, y con tu permiso, voy a divulgarlo todo lo que pueda.
    Mª Jesús, no puedes ser más clara en tu exposición, cada palabra que escribes me llega al alma, e intento reconocerme en tí, nunca pensé que se podía empatizar tanto con alguien.
    Gracias una vez más

    MªAngeles

    ResponderEliminar
  13. Me ha encantado tu post, es todo un acierto, felicidades María Jesús. A mi me parece muy bien la incorporación de la mujer al trabajo fuera de casa, pero siempre que no excluya su maternidad. Comprendo que es agotador para ella, pero la capacidad de la mujer para estar en dos sitios a la vez es impresionante, Tiene mucho que aportar a la sociedad, lo malo es cuando algunas se empeñan en hacer de esa incorporación un fiel reflejo del hombre.
    bueno, guapa estaría horas hablando contigo, pero el deber me llama.
    Estupendo post.
    un beso grande

    ResponderEliminar
  14. Fantástica exposición y brillante razonamiento.
    El gran error ha sido sostener que somos iguales. Y una gaita. Somos complementarios y como bien dices, a cada uno lo suyo.
    Dice aquella frase "educa a una mujer y habrás educado un pueblo". Pues eso.
    Un bs.
    No hay probl. con el blog. Daría error porque a veces internet es caprichoso.
    Luisa.

    ResponderEliminar
  15. Ese es el gran engaño al que se ha sometido a la mujer...creer que precisamente, su principal don, que es ser la fuente de la vida...era lo peor que le podía pasar.

    Dicen que en las sociedades más avanzadas la mujer ha alcanzado su mayor "status"...lo que no dicen, es si ese supuesto "super status", las ha convertido en más felices.

    Creo que la vida es mucho más sencilla, que no hay que esforzarse tanto por definir lo que ya está definido y tenemos delante de los ojos...

    La rebelión del hombre contra su propia natureleza, es lo que en realidad, provoca todos los sufrimientos...

    Eso creo yo.

    Bss

    ResponderEliminar
  16. Hola,
    soy rossella y buscando informaciones sobre la maternidad me encontrado con ese post, que me parece enfocar perfectamente la cuestión.
    Yo soy italiano, tengo 28 años y sé que quiero mi indipendencia, una vida construida con mis manos y con los mismos derechos de un hombre, pero nunca nunca he pensado que para hacer esto fuera justo renunciar a ser mujer, a la feminilidad que comporta tantas diferencias ..y que son las que marcan la forma de ser.

    No tiene porque ser justo volverse lo mas cerca posible a los hombres, para tener los mismos derechos y las mismas posibilidades

    ResponderEliminar