miércoles, 5 de marzo de 2008

experiencia


La muerte de mi hijo José me produjo un cambio tan profundo en la sensibilidad, que hasta ahora no he podido valorar sus consecuencias. En aquel momento una oscura perplejidad se apoderó de mi con tal fuerza que cualquier proyecto me resultaba inabordable: el futuro había desaparecido, muerto (José nos lo había robado), este síndrome, dicen, se produce siempre en estos casos. También es general, y me pasó, que cuando por una comida o una foto tenía que juntar a todos, tenía la sensación de: "falta alguien", que persistía aun después de haber comprobado lo contrario, ...de estar viendo a "todos"! (durante meses fui a todas partes faltándome alguien). Han ido pasando los años, y "el hueco" se ha ido llenando, han nacido Manuel, Miguel, Teresa, Luis y Ana. Y, por fin, deje de echar de menos, pero aunque exteriormente todo volviese a la normalidad, en el fondo, algo se movió y nada ha vuelto a ser lo mismo: Perdí mucha "propiedad" que tenía sobre personas y cosas, deje de ser el señor de mi historia. Destronado, y por los suelos, descubrí valores que antes me pasaban desapercibidos (que yo mismo me tapaba). Y..., ahora, igual de inevitable que me resultó en aquel día no poder abordar proyecto alguno, sé, sin haberlo deducido, sin pretenderlo saber, que José, no nos "robó" el futuro, ... lo colocó en su sitio, se lo llevó al cielo.

2 comentarios:

  1. Hermosas palabras, Luis. Suele pasar cuando pierdes a alguien amado, que pierdes parte del sustento de tu vida, y ésta queda desequilibrada, desnivelada, en parte destruida como un campo arrasado en el que no se puede volver a cultivar hasta que pasan muchos años...

    Sin embargo, al darle la vuelta a la moneda descubrimos que no debemos dejarnos invadir por la melancolía de lo que hemos perdido, sino por el júbilo de lo que hemos tenido: has perdido a José, pero has gozado la dulce suerte y el enorme privilegio de haberle conocido, de que fuese algo tuyo y de que dejase su bello recuerdo para siempre en tus sentimientos y en tus actos.

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  2. Hoy es el santo de José. Lo celebraremos todos con él.

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