Ayer salía yo de mi colegio mayor rumbo a la ermita, resignada a completar el
cupo del día con mi rosario. Ya le iba avisando por la cuesta a Ella, hoy lo
rezo rapidito que hace fresquito y ya si eso hablamos mañana...
Subiendo los peldaños enrroscada en mi bufanda, ya había anochecido,
creo ver a mi amigo por el reflejo de las farolas con un desconocido los dos
rosario en mano, también a la faena.
Paso delante sonriendo a mi amigo, pero
es el desconocido quien me habla, qué tal tu sobrina Teresita?
Me acerqué
disimuladamente a su cara, fruncí el ceño, mmm... otro pasito pa'lante.. pero
no, ni idea, era un completo desconocido.
Debió pensar que era un poco lenta
(y es que solo me faltó apuntarle con la luz del móvil en la cara) así que
siguió él; sonrió y me dijo que desde que le comenté a mi amigo lo de mi sobrina Teresita,
rezaban ahí todos los días por ella.
Hacía ya un par de semanas que se lo había comentado a mi amigo, así que
Teresita, hace ya un par de semanas que has conseguido otros dos constantes ante
Ella que se unen a nosotros, espero verte sonriente en cuanto vaya a León pues me piden
noticias tuyas.
Por cierto, al final aguanté el fresquiviris hasta que me cerraron
Goimendi, la Virgen sabe bien que los horarios no los cambia ni ella. Teresa Roa
Que suerte tener una tía así alegre y sin miedo a los elementos.
ResponderEliminarQue suerte tener una tía así alegre y sin miedo a los elementos.
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