Agustín era monitor de yoga para señoras en un club social. Sus clases rezumaban una espiritualidad oriental que hacía las delicias de sus alumnas, especialmente en Clara que no perdía ocasión para abordar a Agustín con cuestiones
de filosofía Zen. Clara consiguió
multiplicar esas conversaciones ofreciendo a Agustín llevarle traerle todos los días en coche.
Iba a finalizar el curso, cuando Clara aclaró a Agustín:
“..amor mio,
creo que mi marido se ha enterado de lo nuestro”.
Hoy Agustín es entrenador de un equipo de Rugby y nunca quiso saber que fue de lo
nuestro .
Jajaja
ResponderEliminarBien hecho por Agustín!!!!
Jajaja
ResponderEliminarBien hecho por Agustín!!!!