Terminaron las vacaciones y cada uno ya está en su puesto de trabajo o
estudio, pero a los padres nos queda el sabor de su presencia, la dulzura de sus
progresos y la preocupación por su futuro.
Me ha quedado un sabor agridulce porque me preocupa la tecnificación de la
vida, la rigidez y el exceso de sensatez a que quizá tienden algunas
ingenierías. Se trata de redondear y dar contenido a ese globo informe que representa el cerebro
desordenado de los adolescentes universitarios, pero...
cuidado!, ¡se persigue redondearlo, no cuadricularlo y mucho menos agotarlo!.
La belleza está en la armonía, en el equilibrio. No todo en la vida es
matemáticas, ni cálculo de probabilidades. 2+2 no es lo mismo que dos y dos.
La experiencia me ha demostrado que lo mejor que ha acontecido en mi vida
era improbable. Maria Jesús
Por qué no salen muchas fotos del blog, con un signo de prohibido?
ResponderEliminarno se, pero desde mi ordenador tambien pasa
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ResponderEliminarComprendo perfectamente tu preocupación por las cabezas cuadriculadas (tres de mis hijos son matemáticos).
ResponderEliminarMe ha encantado tu última frase.
En el correo familiaroaprieto@gmail.com tenéis el enlace del libro de María Dueñas - La templanza.
ResponderEliminarQue lo disfrutéis.
Un saludo
muchas gracias anónimo, lo leere
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