Luis cumple 59 añazos. Se me está haciendo mayor, pero no hay peligro, pertenece a ese escaso grupo de personas que siempre serán niños.
Nuestros hijos crecen y poco a poco se van haciendo maduros, algunos tienen incluso destellos de vejez, y, sin embargo, Luis sigue igual.
Las arrugas nos delatan, el entumecimiento matinal nos recuerda que ya no somos veinteañeros (ni mucho menos), pero por dentro cada vez me siento más pequeña, más incapaz, más vulnerable y, sin embargo, más confiada. Puede que se deba a que ya hemos recorrido una gran parte del camino, pero lo cierto es que Luis me ha arrastrado a esa infancia dulce que nunca había disfrutado.
Dulzura no significa comodidad,confianza no supone despreocupación, es más bien la certeza de que el desgaste tiene sentido, el dolor significado y el amor no tiene medida.
¡FELICIDADES LUIS!
¡¡Muchas Felicidades!!
ResponderEliminarPor ese amor sin medida y esa infancia recuperada.
ResponderEliminarChapeau! ¡Felicidades Luis!
ResponderEliminar¡FELICIDADES LUIS! seguro que con ese familión lo has celebrado como merece. Un abrazo fuerte para los dos!
ResponderEliminarFelicidades a Luis, y a tí paciencia, que si no tenías bastante con tanto niño, otro más. jaja.
ResponderEliminarCreo que esa extraña raza con síndrome de Peter Pan, son los que más felices viven.
Un abrazo, y GRACIAS POR VOLVER
Muchas felicidades al cumpleañero y a su familia... da gusto leerte, la última parte del post es muy buena. Un abrazo
ResponderEliminarQUé bonita esa última frase. Qué afortunados sois, por compartir tantas cosas.
ResponderEliminarUn abrazo a los dos.